martes, 28 de octubre de 2008

Una poesía

Imperfectum Sin acabar
Y ya veo tus pretendientes,
mientras me alejo de las doncellas,
roto por ese dolor
que aun no ha encontrado su fin.
¿Nunca podrá ser dulce mi vida?
¿Nunca podré oir sus palabras más cerca?
¿Nunca podré verla a mi lado otra vez?
Por lo menos que sepas que no dejaré de quererte
y te lo digo
aunque por mi mejilla se extienda, avergonzado, el rubor.
¡Qué me ocurra lo mismo que a Ulises!
Quiero estar lejos años y meses y que todo siga igual.
Gracias Horacio, Gracias Catulo, sé que no vais a protestar.

domingo, 26 de octubre de 2008

Donne, well done, de nuevo.

LA PROHIBICIÓN

Guárdate de quererme.
Recuerda, al menos, que te lo prohibí.
No he de ir a reparar mi pródigo derroche
de aliento y sangre en tus llantos y suspiros,
siendo entonces para ti lo que tú has sido para mí.
Pues goce tan intenso consume al punto nuestra vida.
Así, a fin de que tu amor frustrarse no pueda por mi muerte,
si tú me amas, guárdate de quererme.

Guárdate de odiarme,
o de excesivo triunfo en la victoria.
No es que yo a mí mismo haga justicia,
y me resarza del odio con más odio,
pues tú el título perderás de conquistador
si yo, tu conquista, perezco por tu odio.
Así, a fin de que mi ser a ti en nada perjudique,
si tú me odias, guárdate de odiarme.

Mas ama y ódiame también.
Así ambos extremos la función de ninguno cumplirán.
Ámame para que pueda morir del modo placentero.
Ódiame, porque tu amor es excesivo para mí,
o deja que los dos mutuamente, y no a mí, se destruyan.
viviré enttonces para apoyo y triunfo tuyo.
Así, para que tú a mí, a tu amor y odio no destruyas,
déjame vivir, pero ama y ódiame también.


Versión de Purificación Ribes


Y yo me pregunto: ¿Cómo un poeta inglés nacido en Londres en 1572 iba a saber tanto del siglo XXI? ¿Cómo puede tener este poema tanta vigencia todavía?. Jonh es usted un genio. Pertenece a una familia de profundas convicciones religiosas, recibió una educación orientada en principio por los Jesuitas, y a partir de los once años en Hertford College de Oxford y la Universidad de Cambridge, de donde se retiró sin obtener el grado por no renunciar a su condición de católico.Después de viajar por España e Italia, regresó a su país, se convirtió a la religión anglicana, e inició desde 1602 una prolífica carrera literaria, que abarcó desde los temas satíricos referentes a la sociedad y la política inglesa, hasta los más bellos poemas de la lírica amorosa de la época. Está considerado como un maestro de la metáfora, con obras tan importantes como "Satires" en 1600,"The Progresse of the Soule" en 1601, "Divine poems" en 1610, "An Anatomy of the World" en 1611 o "Devotion" en 1624. Muere en Londres, pero en 1631.

Si tuviera la suerte de ser yo quien escribió el poema lo titularía "¿Fueron estas tus palabras o las mías?". Pero yo no soy Jonh Donne.

sábado, 25 de octubre de 2008

Mi Maga

Mi Maga de París en una foto mía
Tengo que darle las gracias a Etienne Moreau Nélaton por donar esta obra al estado Francés. Tengo que darle las gracias al estado Francés por dejarme verla. Tengo que darle las gracias a Eugene Delacroix por haber pintado esta "Jeune Orpheline au cimitière". La pinta sobre el año 1824. Dice su ficha del Orsay: "Delacroix a utilisé, en la modifiant, cette ètude pathètique et sentimentale pour une figure de jeunne homme dans la grande toile des Scènes des Massacres de Scio exposèe au Salon de 1824 (Louvre Salle Mollien)". Lo malo era que yo ya había ido los dos domingos anteriores al Louvre y no me apetecía volver a pagar para ver solo este cuadro de Delacroix. Decidí esperar a verlo en el Google, un gran museo. Aquí lo tenéis. Las caras son muy parecidas, el gesto también.
La Jeune Orpheline au cimitière de cuerpo entero.



Un detalle:

C'est non seulement la douleur qu'il sait le mieux exprimer, mais surtout, – prodigieux mystère de sa peinture, – la douleur morale. Creo que por eso me gusta porque en el fondo un poco la entiendo. Dolor moral y su mirada, por no hablar de su boca semi abierta. De lo más erótico-sensual que vi nunca en pintura. Pero la mirada y el mentón, sí, sobre todo el mentón. Más sobre ella: "Au Salon de 1824, Delacroix expose, sans doute, cette figure de femme, un rien larmoyante, mais d’une réelle beauté d’exécution picturale et d’une évidente force expressive. Longtemps considérée comme une étude pour les Massacres de Scio, exposée la même année au Salon, la Jeune orpheline au cimetière doit être, en fait, une œuvre conçue dès l’origine comme un tableau indépendant".

Leo en Hauser que Delacroix era todavía hasta cierto punto una de las víctimas del mal du siècle. Sufrió, el pobre, profundas depresiones de ánimo, conoció la indecisión y el vacío y luchó contra un indefinible tedio. Era muy melancólico, descontentadizo y padecía un eterno sentimiento de imperfcción. Le atormentó durante toda su vida aquel estado de ánimo en el que Géricault se encontraba en Londres y a propósito del cual escribía a su hogar: "Haga lo que haga, siempre desearía haber hecho otra cosa". Delacroix estaba tan profundamente arraigado en el sentimiento romántico de la vida que ni siquiera las más brutales tentacónes de éste le fueron ajenas. El Romanticismo estaría arraigado en el, en su estructura, pero luchó contra el movimiento romántico como actitud ante la vida, admitió a sus representantes sólo con grandes reservas. Podría decir que parte de ese sentimiento lo veo en el cuadro de la Orpheline, pero no es así. No lo veo. Quizás me guste porque la Orpheline además de bella parece (por su mirada y su gesto) que siente. Y eso es muy raro. "No todo es superficial, nena, no todo es epi-der-mico" (pseudocita de Rayuela) De eso se da uno cuenta con el tiempo. Ya decía Safo algo por el estilo, y algo sabía ésa del amor (aunque no se si llamar de ese modo lo que siento por el cuadro ((notese la ironía)). Tengo una amiga que sabe pintar y no quiere intentar reproducir este cuadro para mí. Un intento y yo sería tan feliz, ¡qué frase tan ambigua! Ambigua como el cuadro, como la joven Orfelina, ambigua como yo...

"Call it murder" y "La vida de los otros"

Sigo viendo películas sobre la justicia. La primera trata la justicia como institución y a la vez lo moral y lo inmoral. Una película que formará al cine negro. Se ve un Bogart muy joven pero igual de duro que siempre. Se trata la pena de muerte en la película, pero me sorprendió que no se tome partida por una postura en contra o por una favorable abiertamente. El guionista es sutil, hace guiños, pero no se revela. El final es, para mí, lo mejor de esta película. Entonces y sólo entonces comprendemos un poco la justicia. En la coda del film tenemos un alegato al escepticismo en torno a los procesos judiciales que dependen de la astucia de los abogados, del poder de algunos jurados. Tenemos justicia politizada, favores que se convierten en realidades: rigor moral y una frase muy muy buena: "No se preocupe Welldom, necesitamos más hombres rectos y honrados como usted". Es digna de tener en cuenta. En "La vida de los otros" vemos más una justicia vital, una justicia humana y menos institucional, aunque esta también esté presente si la buscamos. Un escritor que es vigilado por la Stasi en la Alemania comunista. Corrupción, sexo, literatura, protestas, intelectuales amor, complicidad, traición bajo presión y humanidad, mucha humanidad inesperada. A mí me sorprendió gratamente toda la película pero en especial Ulrich Muhe. Grato descubrimiento, aunque ya lo conocía de "El castillo" de Kafka. Una película interesante y humana, quizás interesante porque es humana, pero a la que le sobra mucho metraje, que tiene amplios espacios y derrocha demasiado en su parte final.

Rayuela Capítulo 92

92 En un solo acto
"Ahora se daba cuenta de que en los momentos mas altos del deseo no había sabido meter la cabeza en la cresta de la ola y pasar a través del fragor fabuloso de la sangre. Querer a la Maga había sido como un rito del que ya no se esperaba la iluminación; palabras y actos se habían sucedido con una inventiva monotonía, una danza de tarántulas sobre un piso lunado, una viscosa y prolongada manipulación de ecos. Y todo el tiempo él había esperado de esa alegre embriaguez algo como un despertar, un ver mejor lo que lo circundaba, ya fueran los papeles pintados de los hoteles o las razones de cualquiera de sus actos, sin querer comprender que limitarse a esperar abolía toda posibilidad real, como si por adelantado se condenara a un presente estrecho y nimio. Había pasado de la Maga a Pola en un solo acto, sin ofender a la Maga ni ofenderse, sin molestarse en acariciar la rosada oreja de Pola con el nombre excitante de la Maga. Fracasar en Pola era la repetición de innúmeros fracasos, un juego que se pierde al final pero que ha sido bello jugar, mientras que de la Maga empezaba a salirse resentido, con una conciencia de sarro y un pucho oliendo a madrugada en un rincón de la boca. Por eso llevó a Pola al mismo sitio hotel de la rue Valette, encontraron a la misma vieja que los saludó comprensivamente, qué otra cosa se podía hacer con ese sucio tiempo. Seguía oliendo a blando, a sopa, pero habían limpiado la mancha azul en la alfombra y había sitio para nuevas manchas.
-¿Por qué aquí? -dijo Pola, sorprendido. Miraba el cobertor amarillo, la pieza apagada y mohosa, la pantalla de flecos rosa colgando en lo alto.
-Aquí, o en otra parte...
-Si es por una cuestión de dinero, no había más que decirlo, querido.
-Si es por una cuestión de asco, no hay más que mandarse mudar, tesoro.
-No me da asco. Es feo, simplemente. A lo mejor...
Le había sonreído, como si tratara de comprender. A lo mejor... Su mano encontró la de Oliveira cuando al mismo tiempo se agachaban para levantar el cobertor. Toda esa tarde él asistió otra vez, una vez más, una de tantas veces más, testigo irónico y conmovido de su propio cuerpo, a las sorpresas, los encantos y las decepciones de la ceremonia. Habituado sin saberlo a los ritmos de la Maga, de pronto un nuevo mar, un diferente oleaje lo arrancaba a los automatismos, lo confrontaba, parecía denunciar oscuramente su soledad enredada de simulacros. Encanto y desencanto de pasar de una boca a otra, de buscar con los ojos cerrados un cuello donde la mano ha dormido recogida, y sentir que la curva es diferente, una base más espesa, no tendón que se crispa brevemente con el esfuerzo de incorporarse para besar o morder. Cada momento de su cuerpo frente a un desencuentro delicioso, tener que alargarse un poco más, o bajar la cabeza para encontrar la boca que antes estaba ahí tan cerca, acariciar una cadera más ceñida, incitar a una réplica y no encontrarla, insistir, distraído, hasta darse cuenta de que todo hay que inventarlo otra vez, que el código no ha sido estatuido, que las claves y las cifras van a nacer de nuevo, serán diferentes, responderán a otra cosa. El peso, el olor, el tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las precipitaciones, nada coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo inmortal, el amor juega a inventarse, huye de sí mismo para volver en su espiral sobrecogedora, los senos cantan de otro modo, la boca besa más profundamente o como de lejos, y en un momento donde antes había como cólera y angustia es ahora el juego puro, el retozo increíble, o al revés, a la hora en que antes se caía en el sueno, el balbuceo de dulces cosas tontas, ahora hay una tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como una rabia insaciable. Sólo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra.
La segunda vez fue en la pieza de Pola, en la rue Dauphine. Si algunas frases habían podido darle una idea de lo que iba a encontrar, la realidad fue mucho más allá de lo imaginable. Todo estaba en su lugar y había un lugar para cada cosa. La historia del arte contemporáneo se inscribía módicamente en tarjetas postales: un Klee, un Poliakoff, un Picasso (ya con cierta condescendencia bondadosa), un Manessier y un Fautrier. Clavados artísticamente, con un buen cálculo de distancias. En pequeña escala ni el David de la Signoria molesta. Una botella de pernod y otra de coñac. En la cama un poncho mexicano. Pola tocaba a veces la guitarra, recuerdo de un amor de altiplanicies. En su pieza se parecía a Michèle Morgan, pero era resueltamente morocha. Dos estantes de libros incluían el cuarteto alejandrino de Durreli, muy leído y anotado, traducciones de Dylan Thomas manchadas de rouge, números de Two Cities, Christiane Rochefort, Blondin, Sarraute (sin cortar) y algunas NRF. El resto gravitaba en torno a la cama, donde Pola lloró un rato mientras se acordaba de una amiga suicida (fotos, la página arrancada a un diario intimo, una flor seca). Después a Oliveira no le pareció extraño que Pola se mostrara perversa, que fuese la primera en abrir el camino a las complacencias, que la noche los encontrara como tirados en una playa donde la arena va cediendo lentamente al agua llena de algas. Fue la primera vez que la llamó Pola Paris, por jugar, y que a ella le gustó y lo repitió, y le mordió la boca murmurando Pola París, como si asumiera el nombre y quisiera merecerlo, polo de París, París de Pola, la luz verdosa del neón encendiéndose y apagándose contra la cortina de rafia amarilla, Pola París, Pola París, la ciudad desnuda con el sexo acordado a la palpitación de la cortina, Pola París, Pola París, cada vez más suya, senos sin sorpresa, la curva del vientre exactamente recorrida por la caricia, sin el ligero desconcierto al llegar al límite antes o después, boca ya encontrada y definida, lengua más pequeña y más aguda, saliva más parca, dientes sin filo, labios que se abrían para que él le tocara las encías, entrara y recorriera cada repliegue tibio donde se olía un poco el coñac y el tabaco".
Horacio, te admiro.
Julio Cortázar

martes, 21 de octubre de 2008

Una Pulsión más.

En las conferencias a las que estamos acudiendo en la facultad de Historia de Santiago sobre psicoanálisis los jueves (19:00-21:00h) se aprende más charlando con el ponente que prestándole atención y tomando notas. Siempre ocurre así. O eso parece, al menos. Hablamos del subconsciente y de los psicóticos el otro día. El profesor que daba la "clase" empezó bien: dijo que lo que Descartes deja atrás lo recupera el psicoanálisis 200 años después. Lo que hacen es buscar el sujeto de la duda de Descartes. Me enteré, por ejemplo, en la primera media hora de que un psicótico no duda. Eso me tranquilizó porque yo dudo mucho. Hablamos también de que Alfredo Hitchcock odiaba y amaba (como Catulo ya dijo Odio et amo) a las rubias. Todas sus protagonistas lo eran. Y también bastante frías. Se dijo en aquella sala que Hitchcock era un director psicoanalítico sin saberlo. Preguntó el conferenciante a su público donde se veía representado, en qué lugar se manifestaba en sus peliculas el subconsciente del genial director: yo le dije a mis compañeros en voz baja: en los camafeos. Tenía razón. Todavía me pregunto por qué no lo dije en voz alta. Dejando de lado al genio del suspense se trató un tema interesante: el modo de vivir. Se dijo que el realizar una aventura o algo extraordinario no hace mejor a quien efectúa tal hecho que quien prefiere no hacerlo. Estoy completamente de acuerdo, aunque si me dan a elegir prefiero vivir una vida de altibajos que una vida monótona, pero tranquila. En realidad no tengo claro este punto, y menos ahora. Por otra parte tengo una amiga que alude constantemente a mi niñez, o a la ausencia de la misma: el otro día me acordé de ella en la conferencia porque el conferenciante dijo: "los niños son perversos, no aman". "Los padres no pueden ser amigos de los niños: tiene que haber una franja, que es su palabra: la ley para ellos". Eso creo que es la educación. Después el conferenciante me dió una gran idéa para hacer un poema que algún día mostraré: "los labios se chupan a si mismos, el objeto es sólo una excusa". Toda la conferencía estuvo movida por un principio de entropía, pero fue soberbia, hay que reconocerlo. El psicoanalisis, por lo menos, nos hace pensar, y no sólo en nosotros mismos. El principio de entropía, muy cercano a mí, (terminología procedente de la física y de la filosofía) es en psicoanálisis algo un tanto análogo, creo, a lo que llaman la pulsión de muerte: pulsión de donde parten muchos elementos y comportamientos diferentes, por ejemplo, de esta pulsión nace el amor. La explicación dada es la siguiente: el amor saldría de la muere porque los amados, ambos, al amarse, se juntan y mueren. Mueren al unirse, perdiendo cada uno sus características específicas. Quizás es a eso a lo que tenga miedo el ser humano cuando comienza a amar ¿no creéis?

lunes, 20 de octubre de 2008

"El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos".

El título de la entrada se lo agradezco a Osore (lectora asidua de este blog). El contenido a una buena amiga, cuyo nombre es muy común y virginal: Maria. Pensaba que ayer por la noche sería un domingo más. Pensaba pasármelo traduciendo algo de latín. Pues no. Maria me ofreció ver una peliculaza: "Doce hombres sin piedad". Traducción de "Twelve angry men". De las mejores críticas a nuestra sociedad (ahora también me viene a la mente Telefono Rojo Stanley) Siempre digo lo mismo pero es de las mejores películas que he visto. Descubrí, una vez más, es decir, redescubrí que adoro el cine en el que todo transcurre en una habitación; el cine en el que se habla; el cine en el que importan los detalles y no los efectos especiales. Todos los actores tienen miga pero en especial debo reconocer que Fonda, Henry Fonda me llenó. ¡Es que se me parece tanto tanto a Bogart! ¿Nadie los comparó? Sydney Lumet hace un gran trabajo al interrumpir continuamente la minúscula acción del film con comentarios graciosos, planos geniales o cosas por el estilo. Esta es la ópera prima de Lumet. Todo un clásico del cine de temática jurídica y todo un canto épico a la justicia más piadosa e imparcial. La película comienza con un chiquillo de 18 años (al llamarlo chiquillo ya me estoy poniendo de su lado, hay que tener cuidado con la terminología) que acaba de ser juzgado. El jurado se sienta a deliberar en una sala. Todos (por la presión que suponen el resto de sus compis) lo tienen claro: es culpable. Excepto el jurado numero 8. Me tomo la libertad de presentaros a los 12 componentes del susodicho jurado: "1- Buenos modales 2- Inocencia 3- Ira 4- Prepotencia 5- Infancia en suburbios 6- Inhibición 7- Estupidez8- Razonamiento9- Experiencia10- Prejuicio11- Humildad12- Frivolidad". No se nos dice el nombre de ninguno hasta el final de la película. ¿Para mantener algo de confidencialidad? La primera votación refleja un 11 a 1 a favor de los guilties. La útima un 1 a 11 a favor de los non guilties. Se me dio por pensar que todo iba a ser una alegoría de que la revolución del numero 8 no iba a servir para nada, pero me equivoqué. Una gran película con un gran final. Una justicia justa, un Henry Fonda razonando sin igual. De lo mejor que he visto en cuanto a cine del ámbito jurídico. Por cierto, el viejo y su crítica a la sociedad por el trato a los ancianos: entrañable. Henry Fonda jugó genial con las cartas y las pruebas que el destino le brindó. Ojalá todos supiéramos y pudiéramos hacer lo mismo.

domingo, 19 de octubre de 2008

Una palabra más del griego: una más al piano

"Krasis" en griego significa mezcla. Se llama crasis a la fusión o contracción de una vocal o diptongo final de la palabra con una vocal o diptongo inicial de otra. El signo de crasis es la coronis(´). καγω por και εγω. Creo que ahora mismo soy una crasis. Como todo mal músico me dedico a tocar el piano cuando me faltan ideas claras, o cuando algo me preocupa, o cuando estoy algo nervioso. Este fin de semana toqué el piano para relajarme. "Moon river, As time goes by, La dispute y mi canción que un día os enseñare (es un "os" muy personificado) "Where have I danced with you before". Para mí la mejor de las distracciones porque mientras toco me oigo sin atención, nada es como antes, y me dedico a pensar. Lo que digo siempre a propósito de la música: soy un infeliz.

sábado, 18 de octubre de 2008

Hartismo.

Aquí va un gran manifiesto, uno más. Éste para satirizar. No estoy de acuerdo en muchos puntos pero me abrazo a el con ojos de ciego. Lo presentaron el 17 de Octubre en Centro Cívico del Ensanche Santiagués...
A comienzos del siglo XX cada movimiento vanguardista nacía de la inquietud de un grupo de artistas que lanzaba al mundo una serie de intenciones, recogidas en un manifiesto. Normalmente se mostraban HARTOS de su situación y hacían recuento de sus filias y fobias, indicando así su ideario. Hoy, un siglo después, en la época del supuesto triunfo de la Vanguardia, los movimientos artísticos son cosa de los comisarios, que recorren galerías y centros de estudio buscando “artistas emergentes” que ilustren su idea para ese año de lo que debe ser la novedad en arte. Ya nadie cuenta con los artistas. Hemos pasado de ser los que protestaban y revolucionaban el mundo a ser sólo espectadores de un banquete ajeno, del que sólo tenemos derecho a las migajas. Hace años que los movimientos artísticos del arte oficial no nacen de la inquietud de los artistas. Y hace años que los manifiestos artísticos se consideran anacrónicos. Pero hoy, más que nunca, los artistas necesitamos alzar la voz, y ¿por qué no? publicar manifiestos. Nosotros, como antaño nuestros bisabuelos, estamos ya HARTOS de esta situación absurda e injusta que en el mundo del arte se ha aceptado como normal. Hartos de que la pintura, el dibujo y la escultura, pese a vivir un momento grandioso, se ignoren en los salones oficiales de hoy en día, como si no existieran, como si hubiesen muerto. Hartos de que la atención mediática y los dineros públicos vayan a un tipo de arte y de artistas que suponen una ínfima minoría, que no representa a la realidad de nuestra profesión. Hartos de que el arte se haya convertido en un espectáculo de feria para millonarios. Hartos del elitismo y la hipocresía. Hartos del arte oficial. Por eso fundamos hoy nuestro movimiento artístico llamado Hartismo. Y como antaño, los (H)artistas queremos presentarnos al mundo con este Manifiesto.




MANIFIESTO HARTISTA
Contra el anti-arte, el conceptualismo, la impostura y el culto al artista ególatra. El arte es de todos. Estamos HARTOS del arte oficial. Ese arte, sus artistas y su entorno se han vuelto tan soberbios, tan vanidosos, que creen vivir por encima del mundo, ocupados sólo en mirarse el ombligo, y debatir sobre el sexo de los ángeles. Aquí abajo, los hartistas trabajamos con nuestras manos, en y para el mundo real, haciendo del arte nuestro día a día y buscando en él nuestro sustento. El Hartismo es una apuesta por la humildad, la honestidad y la sencillez. Para los hartistas el arte es una profesión más, ni divina ni especial, y como en cualquier otra profesión la excelencia se logra sólo tras años de práctica seria y continuada. Estamos HARTOS de elitismo, de que el arte sea sólo para unos pocos privilegiados. Queremos que el arte sea devuelto al público, a las calles. Que salga de su encierro e impregne de nuevo la vida cotidiana, embelleciendo cornisas, farolas, rótulos... Rechazamos las galerías y museos elitistas del arte oficial, a los que nadie entra; salas vacías e impolutas, como templos de un dios inaccesible. Queremos salas acogedoras, con asientos cómodos donde ver los cuadros de cerca, charlando tranquilamente mientras se toma un café. Estamos HARTOS de dejar que sólo opinen gurús y “expertos”. El Hartismo anima al público a que opine libre y sinceramente sobre arte, y más sobre el arte actual. Porque el arte es de todos, también de quienes lo pagamos con nuestros impuestos. La mayor parte de las personas se ríen en confianza de los estrambóticos montajes que el Poder presenta como arte. ¿Por qué hacerlo sólo en privado? Riámonos abiertamente del arte oficial, de las cosas pretenciosas, ridículas y huecas que las pretenciosas, ridículas y huecas mentes de comisarios, artistillas y políticos nos presentan como Arte con mayúsculas. Estamos HARTOS de oír una y otra vez la consigna interesada de que el arte ha muerto, la pintura ha muerto. La evidencia es otra; lo que vive pese a todas las dificultades, pese al ninguneo de que es objeto, es la pintura. En cambio, lo que necesita inyecciones constantes de dinero público para sobrevivir son las “modernas” manifestaciones del arte oficial. Los hartistas estamos hartos de que el dinero público se destine a sufragar actividades extravagantes, propias de una atracción de feria, que avergüenzan a la mayoría de la población, que es quien las paga, y no gustan a nadie. Actividades y actitudes que están logrando desprestigiar al arte actual y a los artistas que queremos practicar nuestra profesión con seriedad. Estamos HARTOS del anti-arte. Partiendo de una idea jocosa de Duchamp en determinado momento histórico, el anti-arte ha llegado a ser el nuevo academicismo, el nuevo arte oficial. Justo el enemigo contra el que se acuñó el término. El propio Duchamp rechazaba que sus Ready-Made se tomasen como arte... nosotros preferimos creer a Duchamp que a sus exégetas. N ada tendríamos contra el anti-arte si no fuera por un pequeño detalle: el anti-arte no quiere convivir con el arte; tiene como propósito su negación, y necesita exterminarlo para poder ocupar su lugar. Los anti-artistas saben que si hay arte cerca nadie presta atención al anti-arte: ante un cuadro y una lata de caca la gente normal suele preferir el cuadro. Por eso, los anti-artistas necesitan a toda costa convencernos de que la pintura no vale, de que hay que despreciarla, exterminarla o al menos arrinconarla en un lugar olvidado para que así podamos valorar como si fuera arte lo que ellos “hacen”. Por eso gastan tanta tinta y saliva en discursos. Tienen largos y enrevesados discursos sobre muchos temas: sobre la muerte del arte, sobre lo desfasada que está la pintura, sobre lo superada que está la belleza... Tras casi un siglo desde su primera aparición, el anti-arte prácticamente ha monopolizado la atención mediática, invade las escuelas y desvía hacia sí la mayor parte del dinero público invertido en las artes. Poco a poco está logrando su objetivo: va arrinconando al arte, suplantándolo en todas sus facetas: artistas, obras, salas, críticos... todo tiene su versión anti-artística que sustituye a su equivalente artístico. Los hartistas estamos hartos de este crimen tolerado y hasta alentado por la oficialidad, y denunciamos esta suplantación parasitaria. El Hartismo es un movimiento anti-anti-arte. No es posible convivir armoniosamente con un cáncer agresivo, que te devora desde dentro; es necesario luchar contra él, encontrarlo, aislarlo y extirparlo para que no siga avanzando y llegue a matarnos. No obstante, el Hartismo, como muestra de buena voluntad, está abierto a recibir a los anti-artistas que quieran reciclarse, aprendiendo técnica e intentando ser sinceros por primera vez en su vida. Estamos HARTOS del conceptualismo. Todo el mundo tiene miles de ideas cada día, muchas de ellas geniales. Nada más corriente que tener ideas. Lo que distingue al artista es la capacidad de sacar partido a las ideas creando obras valiosas de por sí. La idea es un pretexto para llegar a una obra, y no al revés. Estamos HARTOS de que cualquier cosa se nos pueda presentar como arte. Si algo necesita estar expuesto en una galería y necesitamos que además nos expliquen una serie de ingeniosas historias para que podamos entenderla y considerarla como obra de arte, es que eso no era arte, sino una refinada tomadura de pelo. Una lata llena de caca es tan sólo una lata llena de caca, por más filosofías de andar por casa que la adornen. También rechazamos enérgicamente la idea de que el proceso es más valioso que la obra, de que sólo el valor “performático” constituye el hecho artístico. Es evidente que todas las artes tienen un proceso, y hasta un rito. Incluso el dueño de un bar que, aburrido, hace una tortilla de patatas, sigue un proceso fascinante y no exento de ritual. Pero el proceso, el rito, sólo tiene sentido porque al final se llega a un resultado. Nadie se come el emocionante proceso de preparación de la tortilla, sino la tortilla. Estamos HARTOS de que se utilice la originalidad, la novedad o “modernidad” como patrones con los que medir el valor de las obras de arte y los artistas. Conceptos entendidos de forma perversa y profundamente estúpida, como valores absolutos, cuando dependen totalmente de la cultura -o mejor, incultura- de quien observa. Pero a pesar de su obsesión por lo nuevo, paradójicamente, el arte oficial está llegando, como la moda, a una reiteración grotesca de formas, maneras e ideas que insulta a la inteligencia. Porque el arte de vanguardia es como como el latín, una lengua muerta. Se inventa siguiendo reglas que ya no reciben el impulso vital de quienes la crearon. Una vanguardia de laboratorio, hecha por expertos a imagen de la que se conserva disecada en libros y museos. Los grandes gurús del arte oficial dan el certificado de novedoso, atrevido, transgresor o rupturista tan sólo lo que siga alguna fórmula vieja, comprobada infinitas veces, que respeta los cánones de lo que debe ser la vanguardia, sin apartarse de la norma ortodoxa. ¡Nuestros vanguardistas actuales son tan casposos y carcas como si hubieran nacido realmente en 1900! Estamos HARTOS de la importancia que se le da a los estilos, a los -ismos. Pintar es un acto personal y cada persona es única. Las etiquetas son sólo una manera de ordenar el conocimiento que la Historia del Arte construye, y a los artistas deberían importarnos bien poco. Creemos que lo importante no es pintar según un estilo u otro, sino hacerlo “con estilo”, es decir, bien. Estamos HARTOS de que los que no utilizan sus manos se autodenominen artistas. Para ser artista hay que pintar, esculpir, dibujar... no basta con pensar. Ya nos hemos cansado de los caraduras que no dan un palo al agua y se convierten en artistas por la Gracia Divina o por la del gurú de turno ¡El arte para quien lo trabaja! Estamos HARTOS de trascendentalismos. Los hartistas pintamos porque pintar es lo importante. Pintar no necesita sesudas justificaciones ni excusas. Es una necesidad y un placer. Sólo dibujar y pintar día a día nos hace artistas. A los que tienen dudas sobre este particular los animamos a dedicarse a otra profesión, hay gran demanda de charlatanes entre los políticos y los vendedores. Estamos HARTOS del desprecio a la tradición. Porque el ser humano construye siempre a partir de lo conocido. Rechazar la tradición artística es rechazar la posibilidad de innovación, al rechazar toda referencia, todo apoyo; los hartistas no somos tan estúpidos. Nuestro movimiento no es una vanguardia, pero tampoco una contravanguardia. Los avances aportados por las vanguardias históricas ya han sido integrados en la tradición pictórica hace décadas por artistas de talento. Esta tradición, enriquecida por aportaciones vanguardistas, constituye la base de nuestra cultura artística común y nuestro acervo técnico actual. Estamos HARTOS de la visión sesgada que se está dando de la historia del arte del siglo XX (y XXI). Es necesario, por el bien del arte y la dignidad de la profesión del historiador del arte una revisión crítica y en profundidad de los postulados sobre los que descansa el relato histórico. Creemos que la Crítica de Arte, con sus teorías vistosas pero interesadas, ha logrado someter no sólo a los artistas, sino a la misma Historia del Arte: se sigue sobrevalorando la importancia de las vanguardias del siglo XX, minimizando el hecho de que se han agotado y muerto en seguida y han sido resucitadas y mantenidas con vida artificialmente. La evidencia documental es apabullante, tan sólo es preciso que los historiadores hagan el trabajo pendiente, registrando los cientos de pintores notables que han estado trabajando e influyendo en sucesivas generaciones de pintores figurativos hasta nuestros días, sin alinearse exactamente con vanguardia alguna. La historiografía oficial, que se plantea el arte del siglo XX como una sucesión vertiginosa de movimientos vanguardistas cada vez más extremos es forzada, artificial. Se basa en una ideología (el vanguardismo) y no en la narración objetiva de los hechos. Hay tantos artistas “fuera de su época” que todo este modelo teórico se desmorona. Ben Shahn, Hopper, Balthus, Guttuso, Hockney, Freud, Kitaj... figuras importantes suelen quedar aisladas como individualidades frente a la vanguardia dominante de su tiempo, pero en realidad ellos y sus seguidores son lo vivo, lo dominante, frente a un arte oficial cada vez más aislado y muerto. Estamos HARTOS de que se desprecie y extirpe siempre la belleza de todo discurso pretendidamente artístico. Para el Hartismo la belleza es el objetivo último del arte. Rechazamos la pobreza formal del arte oficial, y el esteticismo inverso que hace del cutrerío y la fealdad infinita la máxima aspiración. Esto no significa que nuestro arte se base en viejos esteticismos revenidos, ñoños, cursis. Los temas crudos y desagradables también tienen cabida en el arte hartista. Es la preocupación por lograr una forma armónica, bien construida, lo que los hartistas consideramos principalmente búsqueda de la belleza. Estamos HARTOS del rol asignado al artista de hoy. La pomposa gloria vana, los premios, las bienales, los catálogos y la adulación, constituyan el objetivo vital del artista oficial. Gente sin vocación, sin oficio, con una vida volcada en los actos sociales, lejos del placer de dibujar, del misterio de la pintura, del descubrimiento de nuevos mundos en su interior. Lejos, en definitiva, del olor y el tacto de los materiales del taller. Por el contrario, el éxito para un hartista es poder levantarse cada mañana y pintar. Estamos HARTOS del sistema actual de enseñanza en muchas de las escuelas de arte oficiales. El aprendiz de artista necesita más la práctica que la teoría, pero a nuestros jóvenes se les llena la cabeza de palabrería hueca e inútil, descuidando sin querer -o a propósito- la enseñanza técnica y la práctica extensa que permitirían desarrollar sus habilidades. No entendemos que se niegue a los estudiantes ese derecho. Reivindicamos el valor del dibujo y específicamente el dibujo del natural como base de todas las artes visuales. Estamos HARTOS de la fascinación por las nuevas tecnologías. Los nuevos materiales y técnicas, las tecnologías informáticas o audiovisuales no nos apabullan ni deslumbran, simplemente son parte de la realidad de nuestros recursos actuales, y los utilizamos con normalidad como una herramienta más. A más de un siglo de distancia de la primera película, a más de 40 años del primer ordenador, es una verdadera estupidez seguir babeando por descubrir que el vídeo o la informática existen. Estamos hartos de que esta fascinación bobalicona por el medio o la técnica utilizada cieguen el sentido crítico de todos, haciéndonos tragar bodrios infumables en aras de la supuesta novedad o ingeniosidad del medio utilizado. Estamos HARTOS de que la pintura sea el cajón de sastre donde meter cualquier cosa. Continuamente se nos presenta como arte plástica -pintura- la escenografía, el teatro, la fotografía, el cine... siempre que su calidad sea pobre o nula, pues cuando son buenos esas artes las reclaman para sí. Con la excusa de que “hay que abrir fronteras”, nos hemos dejado robar el terreno y hasta el nombre: ¿cuántos concursos y salones de pintura han premiado instalaciones, performances, fotos, vídeos? Recuperemos para la pintura sus lugares y usos naturales. Estamos HARTOS de “nuevas propuestas”. El nacimiento de verdaderas nuevas artes será siempre bienvenido, pero no hay razón objetiva para multiplicar las categorías, creando nuevas artes como “performance”, “instalación” o “videoarte”: entes borrosos que nunca terminan de independizarse del seno de las artes plásticas tradicionales. Cuando algo realmente nuevo llega -como en el siglo pasado el cómic o el cine- se abre paso por sí mismo, sin deber su existencia a una indefinición nebulosa. En su mayoría estas supuestas nuevas artes son maneras de esconder la incapacidad de crear buen teatro, buena escenografía, buen cine o en definitiva, buena pintura.
Estamos HARTOS de que se siempre se nos tache de minoría. Aunque los fundadores del Hartismo somos gallegos, el Hartismo es una tendencia con vocación universal. No somos cuatro locos aislados en el noroeste peninsular contra la tendencia general; realmente, la mayor parte de la gente piensa como nosotros. Nuestro movimiento está afiliado al Movimiento Stuckist (www.stuckism.com), que lleva desde el año 1999 contestando al arte oficial y hoy está presente en 40 países, con más de 160 sedes repartidas por todo el mundo. El hartismo incluye a todas las artes y a todos los aspectos de la cultura, aunque comience como la revuelta de unos pintores. El Hartismo es un punto de partida pero también un objetivo. Queremos recuperar la normalidad, la sinceridad y la sencillez de nuestra profesión. Que pintar sea sólo pintar, sin extravagantes ropajes que disfrazan al arte de lo que no es. Aspiramos a ser el niño en el cuento “El Traje Nuevo del Emperador”, diciendo a la sociedad lo que todos piensan pero nadie se atreve a decir.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Desconectar

Llevo dos días bastante raros, sin un motivo demasiado demasiado especial. Aunque, ¡habelos hailos! En clases: un tanto ausente, presto poca atención. Me di cuenta y apunté concienzudamente todo lo que nuestro profesor de textos latinos pronunció: comenzamos hablando de los complementos circunstanciales. Me recordó a la las Ortega y Gasset, al "yo y las circunstancias". Eso me trajo a la mente algo más. Después hablamos de Occidente y nos salió la palabra "ocaso". El ocaso de una estrella, el ocaso de un jugador, el ocaso de las circunstancias... Continuamos por la preposición, o más bien, el adverbio "ob": significa "algo que te impide algo". Por tal definición de la particula hice memoria y mi mente trajo a colación la maravillosa frase de aquella maravillosa película "la cabeza dice una cosa, pero la vida dice otra". De ahí nos llegan por ejemplo obstaculo u objeto. Despues del obstaculo viene el "inicio". Inicio etimologicamente: In + itum (pp verbo ir). Y si inicias algo es para que tenga "éxito": aquí nos topamos con algo más dificil: ex + itum ¿podría interpretarse el "exitum" como algo que se sale (ex) del itum, del camino, de lo andado? Supongo que no. Finalmente cuando decidí hacer realidad esta entrada fue cuando explicando la palabra "Homo, hominis" que sirve tanto para mujer como para hombre en latín (aunque comediógrafos como Plauto ya bromeasen al decir Haec (Esta) Homo (Hombre) para que la gente se riese) el profesor sencillo nos dijo que el impersonal frances "on" (on y va) es un derivado directo del nominativo de "homo, hominis". Por cierto el "y" viene de "ibi". Cuando dicen "on y va" estan diciendo"hombres vamos". No digais que no es genial. Lo siento, necesitaba desconectar: escribir, hablar.

martes, 14 de octubre de 2008

Mitos de Creación y Fundación

Se cree que el sacrificio de un gemelo tiene vínculos con el mito de creación o fundación. Y esto lleva a los indoeuropeistas a preguntarse muy en serio qué fue antes, si el rito o bien el mito. ¿Gallina o huevo? En nórdico Ymir es el gemelo desmembrado para crear el mundo. El descuartizamiento de un hombre primigenio no deja de ser un sacrificio, aunque esta vez no de un gemelo. En ind. Yama, Manu (el mismo fundador de la ley religiosa en su sociedad). En India las partes del cuerpo de Purusa, el hombre primordial, se cree que dan lugar a las cuatro castas de la sociedad (el pecho dará lugar, por ejemplo, a los guerreros). Y yo me pregunto si dada la afición de Platón a ritos antiguos, a las tendencias pitagoricas, y a todo lo venido de oriente, o de Egipto, Sus varios tipos de alma tendrán algo que ver con eso. Para seguir demostrando la conexión entre el mito fundador y el sacrificio sólo tenemos que recordar que Remo fue asesinado por Rómulo. También tenemos por ahí a Cástor y a Pollux, aunque estos ya son Dioscuros (hijos de Zeús). Todavía jugando a la gallina ciega.

sábado, 11 de octubre de 2008

Peliculas varias

Entre el Septiembre parisino y el Octubre casi frenético por la vuelta a la vida universitaria, he visto algunas películas. La mejor creo que fue "Al este del Eden" del ya conocido para mí, Elian Kazan. James Dean tiraba piedras contra una Casa Blanca ¿Quizá por eso lo llamen Rebelde? El chico simplemente se parecía a su madre. Una película con un final sobrecogedor y con un desconcertante Dean que a ratos recuerda a Caín y a ratos a Abel (eso es un buen actor, un buen camaleón). Todo el mundo habla de que Caín vivió al "este del Eden". ¿Y yo me pregunto porque habrán puesto el Edén al Este? Supongo que por aquello de que el mundo se acababa por occidente y por la antiquisima idea de la riqueza oriental. ¿Nos llegará desde los tiempos de la Antigua Mesopotamia? En definitiva, que yo cuando pienso en James Dean lo hago a su vez en Castor y Pollux. Murieron jóvenes y esto es lo que hace que permanecezcan todavía vivos. Dean, desesperado llega a decir en la película: "Hace un rato intenté comprar tu amor". Lo peor es que se lo dice a su padre. Esta película es teología encubierta a la que hay que quitar el caparazón. Grande Kazan que se atreve a cuestionar la Biblia. Utilizó magistralmente todas estas facetas casi filosóficas y contó "bellamente" esta historia de búsqueda del afecto paterno (se dice que él mismo había sufrido en su vida carencias afectivas de un padre un poco tonto que prefería a su hermano). Me pareció mejor este Dean que el de otra gran película como es "Gigante" (donde también está la mala actriz E.Taylor).
También en París vimos "The Knight" (por equivocación) ya que nos equivocamos de sala en el cine. Fue muy triste, pero resulto ser una película sobre batman muy muy sorprendente. Hasta tenía un fondo y no se quedaba en la mera forma que suponen sus superefectos especiales. Muy compleja su trama y realmente vertiginosa. Viéndola me recordaba a algunas películas de cine negro que sin duda la influyeron. Tuve que preguntar a mi vecina de asiento en algún momento qué era lo que pasaba, pues la vimos en versión original, pero mereció la pena el equivocarse de sala ya que ibamos a ver todo un drama social, bastante lento, alemán. Buena película donde el Jocker hace un grandísimo papel. ¿Se nota que soy de Superman? Batman es sorprendentemente humano en el film. De los últimos tiempos la mejor de ciencia ficción.
"Cabaret" Musical, de lo mejor de su género. Bienvenidos im cabaret, au cabaret, to cabaret (aquí, filológicamente, vemos la poca presencia de la España de la época en europa) Excepcional film de Bob Fosse en los 70. Resulta sorprendente ver ese ambiente Cabareteño por la grande y fría Berlín, pero según una historiadora que me permito el lujo de no citar aquí, fue mucho más frenética la noche en tierras alemanas que en el supuesto Monmartre parisino. Tras ver esta película me quedó claro. Es un retrato limpio y sano de la sociedad de entreguerras. Imprescindible. ¿"Todavía creeis que los vais a parar"? Una frase referida a los Nazis. En el reparto destacan Liza Minnelli, soberbia, y a mí particularmente me gustó el animador del cabaret quien debe ser: Frizt Wepper. Empecé a verla como un escéptico que ha viajado mucho y acabé con platos, y no ojos. Toda la banda sonora merece la pena (de las mejores de la historia según dicen) pero sobre todo la primera canción.
Hoy ví "Vidas Rebeldes" donde aparecen dos genios. Marylin Monroe y Jonh Houston. "Marilyn Monroe (1926-1962) vivía una de sus peores crisis. Por entonces ya poseía una belleza crepuscular que la hacía mucho más atractiva sexualmente que antes, además de contar con un talento actoral ya muy destacado, pero vivía dando tumbos emocionales que la persiguieron toda la vida y en esta época de su comienzo de madurez física, mucho más. Estaba casada con el dramaturgo de fama internacional Arthur Miller (1915-2005), bastantes años mayor que ella. Era el guionista de esta película. Había problemas con el guión y, sobre todo, con Marilyn, de manera que John Huston le pidió que asistiera al rodaje y supervisara y corrigiera. Pasaban noches muy duras de reescritura y atención psicológica de Marilyn, quien moriría un año después por exceso de barbitúricos. Clark Gable era el buen padrazo protector, pero a sus 59 estaba muy cascado. La muerte de su adorada primera esposa, Carole Lombard, le marcó los últimos veinte años de vida. Era una relación muy apasionada que sólo duró desde 1939 a 1942, año en que ella murió en un accidente de avión. Gable se casó dos o tres veces después y murió del corazón antes de que esta película se estrenara. Montgomery Clift sí haría tres películas más, y de las buenas, pero moriría en 1966 con 46 años, tras un complicad cocktail de alcohol y drogas. Siempre se dijo que era alguien de muy buen corazón, atormentado por su tendencia homosexual; fue un protegido de Elizabeth Taylor quien a menudo le sacó de apuros de todo tipo." Houston hace una obra maestra de cualquier historia, sencillamente es genial. Hay planos a Marilyn en los que realmente consigue hacernos sentir como los protagonistas masculinos de la historia. Esta, en definitiva, es la despedida de tres actores de muy diferentes estilos que al igual que en el guión, padecían dramas personales muy profundos y tortuoso que acabaron a temprana edad con su vida. Para mí el mejor papel de Marilyn que he visto hasta la fecha.
En esta película cada fracasado se aferra al otro, y todos buscan la felicidad en la infeliz Marilyn.

¿Publicidad?


Me acaba de decir un buen amigo que antes, en cualquier anuncio de un coche, especificaban con ahinco su potencia. Ahora, con la maldita crisis, lo que hacen es repetir hasta la saciedad su consumo. La hipocresía de la sociedad capitalista.

"As jugado, has perdido"

AL ACECHO
¿No oyes sus jadeos?
Cada vez
yo los oigo más cerca:
solo,
contigo, en medio del verano,
entre los gritos de la multitud,
junto al fuego, en invierno,
con un hermoso libro,
en el crujido de la nieve,
en el estruendo de la lluvia,
cuando enciendo las luces de mi casa,
cuando el mar, cuando llegas,
cuando alargo la mano
hacia los rojos frutos palpitantes.
Está ahí, al acecho,
alza la zarpa, espera.
Tú no la ves, sonríes,
sonrío yo también.
Déjame que te bese una vez más
antes de que su aliento nos alcance.
De "Material perecedero" 1998
Jose Luis García Martín.
Lo encontré de casualidad, venía incrustado en un libro que cogí en la Biblioteca Xeral de Santiago. Escrito a mano. Lo busco en internet y resulta ser de Jose Luis García Martín, de quien varias veces ya he hablado.

martes, 7 de octubre de 2008

Acrópolis

Y mi prima me mandó un mensaje al movil que decía:
"Me acabo de acordar de la acropolis de noche. Te extraño primo".

Nos colamos con un erudito mejicanos, de noche, en la acrópolis. Nos vinieron a echar cuando ya nos íbamos. Tuve un buen despertar. Era martes. El día de Marte. Latín "Martes dies" y de ahí llegamos a Martes. Marte es el diós de la guerra en Roma. Tyr es el dios de la guerra Para los del norte y de ahí tenemos Tues-day. Etimologías. Tranquilidad.




Trans- mitto

Un par de clases de Textos Latinos, sólamente, y ya sé que el profesor me va a gustar. Sencillo, irónico y muy agradable. Le da mucha importancia a la transmisión de textos, algo que un posmoderno (de lo que me acusan por ahí) agradecerá con entusiasmo, evidentemente. ¿Sabiais por ejemplo por qué se inventa la cursiva? Pues los inventos nunca surgen de la nada, sino que las cosas aparecen en función de una necesidad: para escribir más rápido. Otra cosa que me llamó la atención fue que los árabes nos donasen el papel y los números (el papel nos llega a través de ellos). Más. El "Renacimiento Carolingio es teológico y político contrastándo así con la intensibicación cultural urbana y letrada (como dice Le Gof) del siglo XII dC. En esta época se copia mucho a Ovidio (se establece la llamada "aetas ovidiana") y gracias a lo cual, en parte, podemos explicar parte de las satiras de escarnio y maldecir posteriores así como composiciones un tanto "fuera de tono" de la época. En el siglo XV lo que buscan ya es el hombre. ¿Y sabíais que algunos cristianos creen que en la egloga cuarta de Virgilio hay una premonición de la aparición de Cristo? ¿Y que un profesor que es hermano de el gran Moralejo Filólogo Clásico piensa que el propio Virgilio goza de una representación en el interior del Portico de la Gloria? Aquí sobre la interpretación cristiana de Virgilio. Este año busco fijarme más en las cosas que me importen, que me llamen la atención y leerlo todo más despacio. Nos dijeron en Indoeuropeo que hay quien define "Filología" como el arte de leer despacio.

Inventar, proponer lo que sea, es como hacer amigos, se deben hacer siempre en circulos concéntricos. Con una buena base para no incurrir en un error. Hay que tener presente la tradición.

Estoy convencido, el mundo gira en espiral.

sábado, 4 de octubre de 2008

Capítulo 34

En estos días frenéticos del inicio de curso recuerdo, un tanto nostálgico mi tranquila vida parisina. Y entre otras muchas cosas la lectura de Rayuela. La abro justo por el capítulo 34: había utilizado este capítulo de Cortázar para ilustrar en un trabajo de Linguística la vertiente formal del lenguaje. Os lo presento:
"En setiembre del 80, pocos meses después del fallecimiento
Y las cosas que lee, una novela, mal escrita, para colmo
de mi padre, resolví apartarme de los negocios, cediéndolos
una edición infecta, uno se pregunta cómo puede interesarle
a otra casa extractora de Jerez tan acreditada como la mía;
algo así. Pensar que se ha pasado horas enteras devorando
realicé los créditos que pude, arrendé los predios, traspasé
esta sopa fría y desabrida, tantas otras lecturas increíbles,
las bodegas y sus existencias, y me fui a vivir a Madrid."
Se ve claramente que hay dos historias, dos echos, el par y la impar. Hace un par de años había leído este capítulo, pero supongo que sin indagar demasiado y sin toda mi atención (buen eufemismo). Deduje y trate de explicar que eran dos historias que Cortazar intercalaba para hacernos ver que ocurren en el mismo instante aunque en lugares diferentes. En París leí Rayuela con alguna tranquilidad (aunque no toda con la que el complejo libro debe ser tratado), y me di cuenta de que no ocurre lo que yo creía. Lo que sucede en este vanguardísta (¿quizás en el buen sentido?) capítulo, es que Horacio, el protagonista másculino de Rayuela toma un libro de un autor por el que no siente devoción: Galdós. Se propone leerlo, pero comienza a pensar. Cortázar, por lo tanto, intercala los pensamientos del protagonista entre cada una de las líneas escritas por Galdos. Efecto muy interesante ya que es posible que al igual que el preocupado Horacio, nosotros estemos haciendo lo mismo. Y esto me lleva a pensar en Platón y en su negativa a "lo escrito" en general. Un tema interesante. Leamos despacio, con atención, y con algunas notas al pie de página. Ayudan. En aquel trabajo obtuve un gran nueve. La profesora estaba pensando en más cosas mientras lo leyó, no hay duda.
Estar en París leyendo Rayuela y pensando siempre en "otra cosa".