lunes, 26 de enero de 2009

Chocolate: 2, 60

No sabíamos qué hacer durante una tarde de febrero: la de hoy. Nos debatíamos entre ir a la biblioteca o cenar. Yo había comido unicamente un triste bocadillo y mi acompañante no había ingerido nada puesto que había tenido un examen a la hora del postalmuerzo. Decidimos lo que todos los estereotipados españoles: ir a tomar un café y gozar de una tapa. Por gracia divina el café de mi acompañante se transformó en chocolate. Muchas veces la critiqué alegando para ello que se manifestaba demasiado a menudo su constatada locura. Hay veces que esa saludable demencia gusta. Hay veces que tiene mucho mérito su encanto especial. Su chocolate hizo que hoy fuera una tarde de esas. Hablamos de mucho. Pero haciendo un simil con algo que nos dijimos: no importa la cantidad; sino el modo, el que hablasemos bien. Es de las que cuando coge confianza, y no antes, no calla. Podría recitar entera una de sus clases matutinas. Hoy lo hizo, como no, y yo la escuche oscilando entre la atención, el entusiasmo y el desencanto. Me desilusionó que se terminase el trimestre y su asignatura favorita: ¿nunca me va a hablar más de ella? ¡Era tan interesante lo que contaba que ahora, sólo ahora, me da un poco de pena! Me contó que su profesor había dicho que lo que más busca la gente en internet es información sobre sexo. Y que lo hace en supuesta individualidad. Pero, se pregunta el profesor, ¿el sexo no es algo social como para que lo busquemos uno por uno? Al menos, en mi mente, suele ser cosa de dos (aunque el psicoanálisis seguro que tiene algo que decir al respecto). No cabe duda de que existe un goce personal, pero en ese goce subsiste la idea de relacionarse con otros, de entablar contacto, también hay algo de rol social, de prestigio incluso en ello. El sexo es cosa de un animal político y social, como bien dijo Aristóteles y recordó el profesor de mi acompañante. Deberíamos cuestionarnos un poco más la idea de la "individualidad" en nuestra civilización occidental: quizás necesite retoques dada nuestra naturaleza. No podemos aprender solo para nosotros mismos, no tendría sentido. Tampoco lo tiene para mi, por lo tanto, la idea del "intelectual huraño": no serviría de nada. (Aquí me parece que está presente lo que algunos llaman pragmática, y por cierto que "pragmatí" en griego es un adverbio que significa "en realidad"). El ser humano debe evolucionar en grupo. Creo que también disertamos acerca de las compresibles rencillas entre cristianos ortodoxos y católicos. Le dije a mi acompañante que quizás se debiesen éstas a que cuando los turcos conquistaron Constantinopla en 1453, que era la capital del Imperio Romano de Oriente, los mandatarios pidieron ayuda a Roma, pero el papado y los dirigentes del Imperio Occidental se negaron a prestar su ayuda a menos que Constantinopla y todo su entorno se convertiesen al completo al catolicismo. Evidentemente se negaron y Constantinopla fue tomada. Todo el saber griego pasó a Italia y Francia (Renacimiento) y también en parte a Moscú. Por eso hubo quien llamó a Moscú la "Segunda Roma". Invité al café a mi acompañante. Cuando se enteró de que el chocolate que habíamos estado criticando debido a que estaba compuesto de agua un tanto desnatada, me había salido por dos euros sesenta me contempló con pena y me dijo: "espera que te lo pago". Es porque sabe como soy, aunque el chocolate tampoco era tan caro. No me gusta derrochar demasiado el dinero pero tampoco creo que eso tenga mucho que ver con la tacañería. Será que somos estudiantes...

Gato



Del lat. tardío cattus. Es un mamífero carnívoro fisípedo doméstico de la familia de los félidos, de unos setenta centímetros de largo (20 son la cola). Su cabeza es redonda, su lengua muy áspera, sus patas muy cortas y con cinco dedos en las extremidades anteriores y cuatro en las posteriores. Poseen, esto si que ya lo sabía, uñas muy fuertes y retráctiles, y pelaje espeso y muy muy suave y con diversísimos colores. Es común en todas las zonas habitadas por el hombre. Se cree que el gato africano es la forma originaria del gato doméstico: es propio de África del SO, de Asia e islas de Córcega, Cerdeña y Baleares. Los testimonios sobre la domesticidad del gato son antiquísimos. Los Egipcios lo consideraban una divinidad (la diosa Pat se representaba sentada con cabeza de gato) y según Heródoto, quien matase a un gato sería condenado a muerte (metáfora para evidenciar la importancia del gato). Los griegos y los romanos criaron gatos exclusivamente para la caza de roedores. Hacia los siglos X y XI el gato doméstico llegó a Europa Central y Septentrional, y en los países nórdicos despertó una serie de supersticiones que perduraron a través de los siglos. En la Edad Media fue identificado como criatura diabólica. Se creía que colaboraban con las brujas. Hoy cogí por primera vez en mi vida, motu propio, uno. Tengo que ir acostumbrándome si dentro de poco quiero tener uno.

Los armenios y Stalin

Justo cuando empezaba a cogerle un poco de cariño a los turcos, (Gracias a Heródoto), ahora que me di cuenta de que tampoco son tan, tan horribles como nuestros queridos griegos los pintan, me entero del genocidio que llevaron a cabo los turcos con los armenios entre el 1915 y el 1923, pretextando simplemente que una legión Armenia luchaba junto a los rusos. Durante este período, de los dos millones de armenios existentes, un tercio fue asesinado y otro deportado (lo que significaría para la mayoría, asimismo, la muerte). Mucha gente de Armenia se tuvo que ir, en diáspora a los Estados Unidos en esa época. También llegó a mis oídos lo ocurrido con el monte Ararat (donde posó Noé su Arca), que ahora pertenece a Turquía y que los armenios añoran y llamando Ararat a la región de su país más cercana al monte. Muchos armenios también huyeron de los turcos hacia lo que ahora es Azerbaiján. Me compadezco del pueblo armenio por su enemistad con Georgia y con el georgiano más célebre (vaya adjetivo he escogido para Joseph Stalin). Stalin, debido a la histórica y comprensible enemistad de georgianos y armenios, le regaló un pedazo de ésta a Azerbaiján en 1923: en concreto una región llamada Nagorno-Karabah. Me intereso por los armenios y sigo compadeciéndome; su historia se estudia con los siguientes títulos: Armenia antes del Islam, Armenia bajo la dominación árabe. Armenia bajo la dominación selyuquí y mongola… Lo que quizás me sorprenda más de este país es que ellos, que han sufrido durante toda la historia, lo único que han hecho (al margen de un puñado de fundamentalistas que se dedicaron a asesinar a altos cargos turcos) es tratar de vivir en su tierra (me estoy ayudando del nacionalismo-sentimentalismo para argumentar): no han tenido necesidad de venganza, de llevar a cabo, ellos, como verdugos, un genocidio, como sí hacen y han hecho “otros pueblos” que también históricamente han sufrido mucho.

Polillas y el Sacre Coeur

Hablando sin polillas en la lengua tengo que decir que me uno a todos aquellos famosos personajes que han dicho alguna vez, o dirán: ¡qué feo es el Sacre Coeur!.

lunes, 19 de enero de 2009

La chica del tren

Escribo despacio, con turbulencias.
Sus ojos se dejan ver.
Muy redondos, y castaños,
conciben a los míos,
que están amotinados,
que querrían preguntarle algo,
como cómplices,
no como extraños.
Soporta una ría con apenas
un extremo de su cabeza:
pero su pelo no se humedece
porque lo ampara un cristal
donde veo su tristeza.
Tapa con una chaqueta su torso:
es negra, de cuero.
Contrasta con su piel de aspecto
suave: fina, de diseño.
El asiento esconde sus piernas interminables.
Yo en cambio me las imagino rectas,
sin cadencias.
Al ver que tomo un folio y garabateo
supone, vanidosa, que la dibujo.
Lo haría si supiese.
Sólo así podría recordarla, verla
sin necesidad
de que medie la palabra.
No busco conocerla,
saboreo la distancia,
tanto como su presencia.
Lo sumiso de su pelo rubio
no permite que examine
su boca: un tanto perfecta.
El frío no pudo con sus labios
y el mar de Vigo no cambió mis ojos,
que siguen absortos
en su absurdo moño.
Sus miradas continúan arqueando
mis cejas, no así mis rodillas.
Me deslizo por su cuello
y lo acabo confundiendo
con lo fino de su cabello.
El tren y el viaje
la cansan: ahora
resopla como una borrasca.
Mastica un chicle,
se queda prendada con Redondela.
El tren llega a Vigo.
Imagino que su novio la espera.

Wilde, Salomé

Escribe Oscar Wilde en su Salomé, que leo traducido por Pere Gimferrer:

Salomé a Iokanaán:

Sólo te amo a ti. Estoy sedienta de tu belleza.

Estoy hambrienta de tu cuerpo.

Ni el vino ni la fruta pueden calmar mi deseo.

¿Qué será de mí ahora, Iokanaán?

Ni los ríos ni los océanos podrían extinguir mi pasión.

Yo era una princesa y tú me desdeñaste.

Yo era una virgen y tú me desfloraste.

Yo era casta y tú inflamaste mis venas…

¡Ah! ¿Por qué no me miraste, Iokanaán?

Si me hubieras mirado, me habrías amado.

Sé que me habrías amado, y el misterio

Del amor es más profundo que el misterio de la muerte.

Sólo debemos mirar el amor.

(…)

¡Ah! He besado tu boca, Iokanaán,

he besado tu boca. Tus labios tenían

un amargo sabor. ¿Era el sabor de la sangre?

Tal vez era el sabor del amor.

Dicen que el sabor del amor es amargo.

Pero ¿qué importa? ¿Qué importa?

He besado tu boca, Iokanaán, he besado tu boca.

Dice Herodes: (Volviéndose y viendo a Salomé)

Matad a esa mujer

(Previamente había dicho Salomé a Herodes)

Quiero que me traigan inmediatamente

en una bandeja de plata…

(Herodes)

¿En una bandeja de plata? Desde luego,

no faltaría más, en una bandeja de plata.

¿Verdad que es encantadora?

(Salomé)

La cabeza de Iokanaán.

Lecturas de Madame Bovary

“Charles se sentía, pues, feliz y sin preocupación alguna. Una comida a solas con ella, un paseo al atardecer por la carretera principal, un gesto de sus manos acariciándole las crenchas de su pelo, el simple hecho de contemplar su sombrero de paja colgado de la falleba de una ventana, y otros muchos detalles que él jamás hubiera imaginado que pudieran entrañar motivo de placer, constituían ahora para él un motivo de dicha incesante. En la cama, por las mañanas, juntas las cabezas de ambos sobre la almohada, vía Charles pasar la luz del sol a través del delicado vello de sus mejillas rubias medio cubiertas por las orejeras ribeteadas de su gorro de dormir. Vistos desde tan cerca sus ojos le parecían más grandes sobre todo cuando, al despertar, abría y cerraba varias veces seguidas los párpados: negros en la sombra y de un azul oscuro a plena luz, parecían tener, como un esmalte, capas de colores sucesivos, más veladas las del fondo y cada vez más claras conforme se ascendía hacia su superficie. La mirada de Charles se perdía en estas profundidades, y allí se veía reflejado, pequeño hasta los hombros, tocado con un pañuelo y con el cuello de la camisa entreabierto”.

Leí el otro día que existen dos tipos de lectores de Madame Bovary: los que se compadecen de Charles, por un lado, y los que entienden perfectamente el comportamiento adúltero de su mujer, por el otro. Esto es una tontería, así, abiertamente. Cada persona, y dependiendo de la época en la que viva, le dará una lectura diferente. Como a todos los libros.

Sed de Mal

Había visto antes del día de reyes esta película de Orson Welles que él mismo protagoniza junto a Charlton Heston. Touch of evil. Me gusta ver las películas a solas, o acompañado de alguien “bastante tácito”. Mis padres no son de ese tipo de personas que te permiten enterarte bien de argumento y detalles. Llegaron a casa, se habían ido de pinchos en un arrebato alimenticio, á minuit. Mi padre vio un policía en la pantalla y a pesar de ser en blanco y negro se quedó en el salón conmigo. Mi madre, por presión social, se unió: cogió la calceta y… calcetó. Me entristecí, sabía que iba a perderme detalles. Pero al final me gustó. Se comportaron, sobre todo mi madre, porque papaíto se durmió. La película de Welles era integra, sin cortes, con metraje adicional recuperado. Es un retrato de la corrupción y de las obsesiones de Hank Quinlan (un jefe de policía que acusa a sus cabezas de turco en falso). Chartlon Heston es, en cambio, un recto detective mejicano de narcóticos que le planta cara a Welles. Janet Leig es la inquisitiva y frágil esposa de Chartlon. Marlene Dietrich completa el reparto femenino encarnando a una enigmática gitana, enamorada, incomprensiblemente del soberbio, pero requetequeobeso, Welles. La película en general me gustó aunque supongo que le sobra metraje: se hace un poco pesada. O eso opina mi padre. A pesar de esto me llamó mucho la atención la música, de Mancini: ya veis, todo perfecto mis padres no me molestaron y mi madre acabó esa noche, de una vez por todas, la manta que estaba haciendo.

Russell y Shakespeare

Leo en la Historia de la Filosofía del jocoso, como lo llaman en mi entorno, Bertrand Russell:

La Reforma y la Contrarreforma, a la par, representan la rebelión de naciones menos civilizadas contra el dominio intelectual de Italia. En el caso de la Reforma, la rebelión fue también política y teológica: la autoridad del papa era rechazada y el tributo que había obtenido por el poder de las llaves dejó de ser pagado. En el caso de la Contrarreforma, hubo solamente una rebelión contra la libertad moral e intelectual de la Italia del Renacimiento; el poder del papa no era disminuido, sino exaltado, mientras, al mismo tiempo, se hacía ver con claridad que su autoridad era incompatible con la cómoda relajación de los Borgias y de los Medici. Hablando a grandes rasgos, la Reforma fue alemana, y la Contrarreforma, española; las guerras de religión fueron, al mismo tiempo, guerras entre España y sus enemigos, coincidiendo en fecha con el período en el que el poder de España estaba en su apogeo. La actitud de la opinión pública en las naciones nórdicas respecto a la Italia del Renacimiento aparece compendiada en el proverbio inglés de aquella época”:

Un inglés italianizado

Es un diablo encarnado.

Se observará con cuanta frecuencia son italianos los villanos de Shakespeare. Yago es quizás el ejemplo más destacado, pero un ejemplo aun más revelador es Iachimo, en Cimbelina, que seduce al virtuoso britano que está viajando por Italia y viene a Inglaterra a practicar sus perversos ardides con los candorosos nativos. La indignación moral contra los italianos tuvo mucho que ver con la Reforma. Desgraciadamente, ésta implicó también el repudio intelectual de lo que Italia había hecho por la civilización.


Y yo recuerdo que en La Tempestad, considerada como la invención más sincera y original del inglés, Próspero es el duque de Milán y Alonso, de Nápoles. ¿Cuánto más al norte de Italia, mejor, más bondadoso, resulta ser el personaje en el libro? ¿Inglaterra queda al norte?

miércoles, 14 de enero de 2009

Pensar

Me di cuenta de que últimamente mis tíos, cuando tienen que castigar a mis primos pequeños, los sientan en una silla y les dicen: ahora te sientas y piensas. Los obligan a pensar. Qué castigo más agradable. Ojalá mis padres lo hubiesen empleado. Quizás ahora sabría pensar mejor, ¡quién sabe!.

jueves, 8 de enero de 2009

Mandamientos

Se supone que las condiciones que el “Dios” hacedor cristiano pone en el pacto con los humanos es que nosotros cumplamos el Decálogo, los diez mandamientos que Moisés, se cuenta, que recibe de Dios en el Sinaí. Los diez preceptos fueron escritos en unas tablas de piedra y guardados celosamente por los israelitas en un arca preciosa que se denominaba Arca de la Alianza. Pero debemos mencionar también que tales preceptos coinciden en gran parte con los de otras leyes conocidas de los pueblos del próximo Oriente, vecinos de Israel: babilonios, hititas, asirios… etc. Sus contenidos: no matar, no mentir o no robar, por ejemplo forman parte de unos valores que en mayor o menor medida toda persona de bien de ese entorno debería compartir. Uno de los códigos de leyes más conocidos es el promulgado en Babilonia por el rey Hammurabi (XVII a.C.) Sus 282 artículos recogen la legislación que regía en el Imperio Babilonio y se formulan a partir de casos en los que ha de aplicarse la ley. He aquí algunos de ellos:

3 Si un señor presenta un falso testimonio en una causa, y no prueba lo que dice, si la causa es de vida o muerte, el señor será condenado a la pena capital.

8 Si un señor roba un buey, o una oveja o un asno, o un cerdo, o una barca, si lo robado pertenece a la religión o al estado, restituirá treinta veces su valor; si pertenece a un ciudadano particular, lo restituirá diez veces. Si el ladrón no posee lo necesario para restituir entonces será condenado a muerte.

195 Si un hijo golpea a su padre se le amputará la mano.

En el Museo del Louvre se conserva una estela, una piedra de diorita en forma de lapida con este código de Hammurabi y un bajorrelieve en el que aparece el dios de la justicia Asmas dictando las leyes al propio Hammurabi. Aquellos que sean católicos ya sabrán que la formulación tradicional de la Iglesia sobre los diez mandamientos la realizó San Agustín en el Siglo V, con la intención de que los preceptos se pudiesen entender y memorizar con más claridad:

1 Amarás a Dios sobre todas las cosas 2 No tomarás el nombre de Dios en vano.

3 Santificarás las fiestas 4 Honrarás a tu padre y a tu madre.

5 No matarás. 6 No cometerás actos impuros.

7 No robarás. 8 No dirás falso testimonio ni mentirás.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10. No codiciarás los bienes ajenos.

El Inconsciente en Psicoanálisis

Para comenzar debemos explicar que el texto que vamos a comentar comprende las páginas 1697 y 1701 del segundo tomo de Obras Completas de Sigmund Freud. El autor le ha dado el título de “Algunas observaciones sobre el concepto de lo inconsciente en el psicoanálisis”. Si nosotros pretendiésemos explicar a alguien a qué nos referimos cuando aludimos al concepto “inconsciente” en Psicoanálisis, no podríamos recurrir a un diccionario convencional, ya que en él aparece el término inconsciente como un adjetivo que se aplica a una persona que no está consciente, a alguien que actúa sin reflexión ni prudencia. Pero en psicoanálisis, desde un punto de vista amplio, que matizaremos a lo largo de este comentario, inconsciente hace referencia al conjunto de procesos psíquicos indeliberados, motivadores de la conducta del individuo que ejercen su función de manera independiente a la conciencia de éste. Cuando estudiamos el texto de Freud lo primero que llama la atención al lector es que el autor llama “consciente” a la representación que se halla en nuestra conciencia y es centro de nuestra percepción. Y divisamos, en cambio, que para definir el término “inconsciente” recurre a “aquellas representaciones latentes de las que tenemos algún fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica”. Debemos extraer, así pues, de tales definiciones y, en general de todo el comienzo del artículo de Freud, que una representación inconsciente es algo que no percibimos pero que podríamos aceptar que existiese gracias a la que llama el autor “sugestión posthipnótica”: esto consiste en que una persona se quede en estado hipnótico, bajo la influencia del analista. Después se le ordena una acción que debe realizar en un momento cualquiera posterior a su estado hipnótico. Se despierta a esta persona y ésta vuelve a ser consciente de sus actos pero, no obstante, en el momento que había sido determinado surge en la persona un impulso que lo lleva a efectuar la acción que le habían ordenado. El propósito, debemos concluir, existe en forma inconsciente en el ánimo del sujeto, y cuando llega el momento de llevar a cabo la acción ordenada pasa a convertirse en “consciente”. Pero lo que en el momento de ejecutar la acción surge en la conciencia no es el propósito en su totalidad, sino tan sólo la representación del acto que la persona debe ejecutar. Pasa Freud, en los siguientes párrafos de su artículo, a exponer el caso de los pacientes histéricos, cuyos comportamientos anímicos están repletos de ideas poderosas pero inconscientes. Ellos, los histéricos, dominan estas representaciones inconscientes. Los vómitos, afirma Freud, de una paciente histérica pueden ser una consecuencia de su idea de que se halla encinta (pero lo extraño, y revelador de todo esto, es que esta persona no tiene conocimiento de esa idea). Freud llega a la convicción de que existen ciertas ideas latentes que no penetran en la conciencia por muy fuertes que sean: denomina “preconscientes” a las ideas latentes que se hacen conscientes cuando adquieren fuerza; y llama inconscientes a las ideas que hemos observado en las neurosis, es decir, las ideas latentes que no penetran en la conciencia por muy fuertes que sean. Inconscientes son, en definitiva, aquellas ideas que se mantienen alejadas de la conciencia del individuo. Dentro de la actividad psíquica, por lo tanto, encontraremos un preconsciente eficaz (que pasará fácilmente a conciencia) y un inconsciente eficaz, que esta disgregado de la conciencia. Pero ¿vienen propuestas estas partes de nuestra actividad física desde un principio o son consecuencia del itinerario de los procesos psíquicos? Freud afirma que lo inconsciente es una fase regular e inevitable de los procesos que cimientan nuestra actividad psíquica: todo acto mental comienza por ser inconsciente, y puede continuar siéndolo o progresar hasta la conciencia, desenvolviéndose, según tropiece, o no, con lo que en psicoanálisis se llama resistencia o defensa y que no deja de ser un obstáculo que establece el propio sujeto. La diferenciación de actividad preconsciente y consciente no es primaria, sino que se establece después de entrar en juego la llamada defensa. Solo entonces adquiere valor la diferencia entre ideas preconscientes e inconscientes. Para completar esto debemos aludir, como hace Freud, también, al fenómeno de los sueños. En ellos ocurre que la actividad diurna ha despertado una serie de ideas, ellas durante la noche se ponen en conexión con uno de los deseos inconscientes que desde la infancia llevamos reprimidos y excluidos de la existencia consciente. Según Freud “gracias a la energía que les presta este apoyo inconsciente recobran su eficacia las ideas residuales de la actividad diurna y quedan capacitadas para surgir en la conciencia bajo la forma de un sueño”. Ocurren, según el autor, tres cosas: lo primero que las ideas han sido maquilladas y deformadas; lo segundo que han conseguido ocupar la conciencia en una ocasión en que no deberían haberlo hecho; y por último ha ocurrido que una parte de lo inconsciente ha logrado emerger en la conciencia (lo que normalmente no puede llevarse a cabo). De esto podemos concluir que “las leyes de la actividad anímica inconsciente se diferencian bastante de aquellas que rigen la actividad anímica consciente”. Por su puesto no nos ocurre lo mismo mientras dormimos que mientras estamos despiertos. Lo que Freud comenzaba soslayando como un nuevo y enigmático carácter de un proceso psíquico se ha convertido para nosotros fundamentalmente en “la pertenencia” a un sistema de actividad psíquica que se nos muestra caracterizado por el hecho de ser inconscientes todos y cada uno de los procesos que lo constituyen. Cualquier cosa que pertenezca a ese sistema pertenece a “lo inconsciente”. Este es el sentido más importante (según Freud) que ha adquirido en Psicoanálisis la expresión “inconsciente”.

La rebelión de los Macabeos

Alejandro Magno, hijo de Filipo, conquistó Egipto y todo el Imperio Persa. Muere con 33 años (como Jesucristo) y a su muerte el gran imperio que había conquistado fue dividido entre sus cuatro generales. Los reyes tolomeos que dominaron Egipto, y desde allí Palestina en el siglo III a.C. Los seleucidas que tenían su sede en Antioquia de Siria y ejercieron el poder en Palestina en el II a.C. Culturalmente, el mundo griego continuó formando una unidad con el griego como la lengua franca. Israel reaccionó de manera diversa ante la imposición del modelo cultural griego. Algunos grupos, los helenistas, aceptaban este modelo extranjero: los más conservadores, en cambio consideraban que el helenismo y el judaísmo eran totalmente incompatibles. La crisis se agudizó en tiempos del rey Antíoco IV Epífanes. Adoptó el nombre de Epífanes porque pensaba que Zeus se había manifestado a través de él. Este rey prohibió bajo pena de muerte algunas prácticas judías e hizo elevar en el templo de Jerusalén un altar a Zeus Olímpico. Muchos judíos estaban dispuestos a dar su vida en defensa de la fe, por lo que parece: La familia de los Macabeos capitaneó la rebelión. Obtuvo algunos éxitos con guerrillas frente a los Seleucidas y en el 164 a.C. suprimió el Altar de Zeus. Junto con sus hermanos, consiguieron una época de independencia religiosa que se extendió hasta la dominación romana. El libro del profeta Daniel presenta el ejemplo de héroes que confiaron en Dios y se opusieron a los reyes dominadores. Probablemente el profeta Daniel escribe en medio del levantamiento de los Macabeos para animar a los judíos perseguidos y fortalecer su fidelidad. Y esto me lleva a pensar en qué se yo de cómo se formó la Biblia. Mi respuesta es simple: muy poco. Sólo sé que la Biblia no se escribió de manera continuada y en un plazo breve de tiempo: hicieron falta bastantes siglos. Se cree que desde el X a.C. hasta el I d.C. También conozco el hecho de que a veces los libros se escribieron recogiendo tradiciones orales muy antiguas o tradiciones escritas bastante anteriores. Con respecto a las lenguas la mayoría de los libros del Antiguo Testamento fueron escritos en hebreo, aunque se han perdido bastantes manuscritos originales. Otros libros fueron escritos en griego. Los libros del Nuevo Testamento, en cambio, se escribieron en griego, excepto el Evangelio de Mateo que fue redactado originariamente en arameo, lengua muy semejante al hebreo que se hablaba en tiempos de Jesús. El primer libro que se publicó en la imprenta de Gutenberg fue la traducción de la Biblia al latín que había realizado San Jerónimo. Se le conoce como Vulgata. Es la versión usada por la Iglesia. La iglesia utiliza la traducción: vaya paradoja.

Columna de Antonino Pío

Es el sucesor de Adriano (138-161 d.C.) y el arquetipo del “Buen Soberano”.Pretende mantener el equilibrio sin emplear para ello un autocracia desmesurada. La columna se construye en honor a los príncipes en mitad del Campo De Marte ( cerca de la piña de leña sobre la que se incineró su cadáver).Mide 14,75 m. Bloque monolítico ( a diferencia de la Trajana) de granito rojo sin relieves de imágenes. Había tablas de imágenes en tres de los cuatro lados de la base de la columna ( en el otro había una inscripción). Esta base es la que se ha conservado hasta la actualidad (Vaticano). El tema, contenido, de la decoración grafica fue la escena de la apoteosis de Antonio Pío de su esposa Faustina, la cual murió 20 años antes que él, y también una procesión honorífica de la caballería y los pretorianos (decursio).Marco Aurelio la levantó en honor a su padre adoptivo.Los relieves ponen de manifiesto la flexibilidad estilística del arte romano, que se justifica en este caso por la claridad deseosa de instruir a los que observan. La apoteosis sigue la línea del Relieve Histórico Romano. La vivacidad de las águilas, portadoras de una bola que hace referencia al poder y de una serpiente que alude ala idea de eternidad, simboliza la ascensión hacia los dioses del cónyuge imperial ya que se levanta del Campo de Marte, que es donde se incineraban las almas. Antonio y Faustina están sobre la personificación alegórica de Eón, lo que simboliza que serán inmortales. Eón está en el medio y en la parte inferior tenemos a la diosa Roma ( en la parte derecha), la cual porta un casco que simbolizaría el poder de esta ciudad, y, por su puesto, en su escudo está la loba amamantando a los dos niños, símbolo del origen de Roma. En la parte izquierda, en cambio lo que tenemos es la personificación del Campo de Marte o incluso del propio Augusto, que podría ser una alusión, aunque muy sutil, a la continuidad entre el primer emperador y Antonio, en lo que atañe a la cuestión de “labor de imperio”. Se eligió para la columna un estilo clasicista porque comunica mucho más al ser más simple y evidentemente, porque ese estilo, como los personajes escenificados, tiene un carácter inmortal. En la procesión andan alrededor de una hoguera como muestra de aprecio a los que son divinizados, pero, debemos prestar atención a que el artista renuncia a lo clásico de la unidad de tiempo y composición puesto que los caballeros y pretorianos reaparecen tres veces alrededor de la hoguera. No era realista pero ganaba en el plano narrativo. Probablemente la procesión fuese obra de otro artista. El relieve con la apoteosis aparece marcado por el clasicismo Antonio, más bien académico y no carente de dureza, como se ve en las dos figuras de Eón y del Campo Marzio: es el lenguaje característico de la alegoría, repleto de los lugares comunes de la propaganda oficial del imperio bajo ropaje helenizante. Por el contrario, las dos decursiones, expresión de rituales y de hábitos narrativos romanos presentan un estilo totalmente diferente, a base de pequeñas figuras toscas, casi de bajorrelieve, apoyadas en trocitos de suelo a diverso nivel: es el lenguaje del hecho de las res gestae, con sus bien conocidas convenciones, con consonancias estilísticas en los pequeños frisos con escenas de triunfo de los arcos triufales.

Columna de Marco Aurelio



180-196 d.C.

A Antonio Pío le sucedió Marco Aurelio en el 151 d.C. Éste es un admirador del estoicismo, intelectual, posee una fuerte personalidad y es muy independiente. Todo esto podemos extraerlo de su obra “Pensamientos”. Antonio lo adoptó y lo entrego en matrimonio a su hija Ania Galeria. Hasta el 169 gobierna con su hermano, después lo hace el sólo. Es Marco Aurelio quien reforma el sistema de sucesión, que pasa de ser de adopción, a ser por vínculo familiar, es decir, de padre a hijo. 27 bloques superpuestos con 19 cilindros. En la obra podemos observar la Glorificación del emperador mediante el festejo de las victorias sobre los bárbaros. Erigida en el Campo de Marte (Piazza Colonia) la columna podría ser un complejo urbanístico formado también por un arco (que con posterioridad pasaría a ser el de Constantino) y por un templo. Entre las columnas de Marco Aurelio y la Trajana hay ciertas diferencias pero lo predominante es la tendencia a la continuidad. Se construye en mármol de Carrara. Sus relieves son de gran altura y posee menos vueltas que la de Trajano. Existen dos secciones divididas por una diosa de la Victoria; la primera abarca desde los Germano a lo Marcomanos y la segunda desde los Cuados hasta los Sármetas. Los motivos que constituyen los relieves son entre muchos otros la captura de prisioneros, batallas.. En la columna de Marco Aurelio existe un menor cuidado a la hora de seguir el hilo narrativo y que se repiten escenas propagandísticas y por supuesto en algunas escenas esta implícito un determinado carácter místico, como por ejemplo el que todos conocen como el “milagro de la lluvia”. En el friso se reconocen 116 escenas divididas en dos partes, una de 55 escenas y la otra de 61, por una Victoria entre trofeos similar a la análoga de la columna Trajana. La estructura de la narración es, en conjunto, similar a la de su predecesora. Al examinar la estructura del relato se puede observar cómo, en relación con el trajaneo ( con toda seguridad ligado a los commentarii escritos por el propio emperador) el aureliano es menos conexo y menos analítico, cosa que resulta evidente cuando se compara, incluso desde la mera estadística, la fracuencia en ambos monumentos de las escenas estructurales, más puntuales y coherentes en el ejemplar trajaneo y dominadas, al contrario, por una cierta ansia propagandística en el texto aureliano. Por otro lado , las notaciones ambientales aparecen también más descuidadas, mientras que es contnua la presencia imperial, subrayada con énfasis compositivo y temperada sólo por el constante emparejamiento de la figura de Marco con la de Pompeyano y Pertinax y otros miembros del consilium principis, pero aquí la figura de Marco Aurelio es vista en la mayoría de las ocasiones de frente o casi, con una significativa propensión a la disposición frontal del emperador que evidencia la nueva y naciente acepción de la maiestas imperial. Aparecen, asi, por primera vez manifestaciones sobrenaturales mistificadoras, como las de los milagros, en lugar de la clasicista composición tutelar de Júpiter y de Nox en los dos proelia de la columna Trajana. Con la intervención de factores irracionales se acentúan los rasgos pictóricos y expresionistas ya presentes en los relieves aurelianos insertados en el arco de Constantino. La propia escala, diferente de lade la columna Trajana, demuestra la preferencia, dadas las composiciones sobre planos superpuestos, por una representación simplificada en cuanto a la perspectiva y más legible en conjunto. Del mismo modo, la ejecución en relieve muy alto y caracterizada por un amplio uso del trépano no sólo para los surcos de contorno, sino para la propia realización de las figuras, revela una precisa intencionalidad pictórica y dramática que , en la disolución de las formas orgánicas bajo el movimiento del claroscuro se transforma en verdadero y propio expresionismo. Respondiendo a su marcada condición de propaganda política aparecen numerosas representaciones de Marco Aurelio idealizado, sin justificación formal, es decir, hay una politización de la imagen. Desde un punto de vista más formal, se acentúan los altorrelieves y los claroscuros en la parte superior de la columna para que desde la base (donde los espectadores la observan) se aprecien mejor ya que la columna mide 100 pies de altura al igual que la Trajana A pesar de las diferencias entre las columnas no hay un ímpetu creador para inventar formas nuevas y originales de expresión plástica. Se cae en cierto modo en la propaganda político-militar, se prefirió en cierto modo la copia a la creación original. En cuanto al proyecto, ciertamente fue único y debido a un solo maestro, aunque la ejecución se deba a varias manos (no siempre bien coordinadas entre si) como demuestra la existencia de suturas poco logradas entre muchas escenas.

Ser mejor persona.

El día de Reyes, tras la cena familiar me fui con mis amigos. Dos estudian cosas parecidas: ingenierías. Uno una "técnica" y otra una "superior". La superior se mofaba del técnico por su "miniatura de carrera" y él le contestaba con una nómina en mano (puesto que la superior todavía está en tercero). La superior se enfadaba más y más caía, suponemos que en broma, en descalificaciones. Yo les digo a ambos.


"Ay, he estudiado ya Filosofía, Jurisprudencia, Medicina y también, por desgracia, Teología, todo ello

en profundidad extrema y con enconado esfuerzo. Y aquí me veo, pobre loco, sin saber más que al

principio. Tengo los títulos de Licenciado y de Doctor y hará diez años que arrastro mis discípulos de

arriba abajo, en dirección recta o curva, y veo que no sabemos nada. Esto consume mi corazón"


Aunque lo dice Goethe en su fausto, y no yo...

¿Estudió también Goethe una carrera?

Yo sólo sé que no se es mejor persona por ello.