domingo, 20 de febrero de 2011

Cernuda y J.R.J.

En clase de Teoría de la Literatura nos habían comentado de pasada que Juan Ramón Jiménez decía que los poemas de Cernuda parecían traducidos del inglés. “Lo malo es que él no sabe inglés”, apuntillaba. Se conocen en 1925 y sólo dos años después Cernuda ya es atacado por JRJ puesto que su libro Perfil del Aire le parece a este demasiado influido por Guillén.

Leyendo Do fuir, de Trapiello me encuentro con unas palabras de Cernuda:
Respecto a Valle-Inclán o Juan Ramón Jiménez diría que parecían tan atentos a sus propias palabras que no les quedaba tiempo para escuchar las ajenas, si no recordara que Machado, aunque hablaba poco, aún escuchaba menos.
Indago un poco y me encuentro con esto (unas cartas) y con esto (un Catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla.).

Con el tiempo, uno va atando cabos.


El síndrome Indiana Jones



Me sentí ridículo al equivocarme; pero me gusta que los aseos de los bares, pubs o restaurantes no tengan carteles o etiquetas muy claras sobre hombres y mujeres. Resulta que me siento intrépido cuando, sin tenerlo claro, me decido a entrar.

Equivalencias

Después de 5 años de formación de Filólogo Clásico llego a la conclusión de que "Dialéctica" en Aristóteles quiere decir "Lógica": en cambio, en Roma, ya es "Diálogo". También digiero que mayéutica, en Platón, sigue siendo dar a luz (a propósito de la matrona): dar a luz a la verdad.

"La filosofía nos introduce un espacio enorme entre nosotros y el resto de los hombres, nos de mayor estatura que la humana y nos hace apenas más pequeños que un dios"

Paul Veyne


sábado, 19 de febrero de 2011

Paul Veyne y Juana

Leo en un libro de Paul Veyne sobre Séneca, que sus diálogos no son más que "conversaciones sobre". Y tanto es así que dentro de su obra filosófica, por ejemplo, tenemos su gran obra de los últimos años, ni más ni menos que unas Cartas a Lucilio. El resurgimiento de Séneca empieza en un círculo editorial vinculado a Foucault, que vivió bajo la amenaza del sida. Su razonamiento parece el siguiente: ante la muerte, y su amenaza, nuestro único arma es el "yo". Esto hizo que yo recordase a mi tía Juana, en su peluquería, sosteniendo con la izquierda un flequillo, con la diestra unas tijeras y diciéndole a una clienta, a propósito de alguien que se había muerto en su cama, sin enterarse, hace un par de noches: "para la muerte hay que ser egoísta".

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sobre el amor.

Hoy, entre bromas, un amigo dio en la clave: en una sentencia jocosa resolvió uno de los pequeños problemas del ser humano. Hablábamos sobre mujeres y hombres, sobre el Banquete de Platón, sobre el Amor en general... Sin pensarlo demasiado, con la mirada muy perdida en su taza de café llena de espontaneidad, dijo: "o sexo con amor, ou o amor con sexo; eu penso que iso non existe:¿non vedes que hai un órgano para cada cousa?"

Y yo recordé lo que decía la magia de Cortázar: "Si hablamos de amor hablamos de sexualidad: al revés ya no tanto". Aunque creo que en lugar de sexualidad, yo escribiría sexo.

Mi piano


Hace poco uno de mis compañeros de piso me preguntó si todavía tocaba el piano (él también lo hacía). Me cogió desprevenido y contesté con un tajante: "el piano se ha convertido en el adorno más caro de mi casa". Me sentí un poco mal, y buscando redimirme, intentaré tocar en las próximas dos estaciones, el tercer movimiento de la Apassionata, Piano Sonata No. 23 in F minor, Op. 57.

martes, 8 de febrero de 2011

Diálogo

Y me viene a la mente una conversación fuera de contexto en la que se puede ver un buen diálogo, aunque absurdo:

1-¡Es que cada día te quiero más!
2-"Pues... ¡qué llegue mañana!"

martes, 1 de febrero de 2011

Xavier Villaurrutia

AMOR CONDUSSE NOI AD UNA MORTE

Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.

Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensamiento
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.

Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.

Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.

Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.

Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.

Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.

Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte
provisional, desgarradora, oscura.

Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.

Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.

Pero amar es también cerrar los ojos,
dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
como un río de olvido y de tinieblas,
y navegar sin rumbo, a la deriva:
porque amar es, al fin, una indolencia.


A partir de la Fundación Rockefeller, informándome sobre qué son en realidad, llegué a este poema de un mexicano que en 1935 disfrutó una beca de esta filantrópica organización para estudiar Arte Dramático en la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut. Y me gusta, a pesar de la última estrofa.