sábado, 27 de febrero de 2010

El Party y los combustibles.

Ayer, noche de viernes, fue una noche de Party. Vinieron unos amigos al piso y nos entretuvimos con crema de orujo y un par de juegos de mesa. Yo tenía buen día, lo acertaba casi todo. En cambio, lo que más me sorprendió es de haber respondido "exitosamente", como diría un mal traductor del inglés, a la siguiente pregunta: ¿qué utilizaban frecuentemente como combustible los trenes de vapor en Egipto? Tenía varias opciones, pero cuando mi mente relacionó Egipto con Momias la persona que sostenía la carta en la que estaba la sorprendente pregunta se quedó atónita. Renfe tiene mucho que aprender. ¿Momias? Y leo en Internet:
"Durante la primera década del siglo XX, las momias egipcias eran muy cotizadas por su versatilidad en mil su uso (materia prima para hornos de trenes de vapor, papel envolvente, adorno, etc.)..! Aunque parezca increíble, las momias se exportaban en miles desde Egipto por empresas inglesas, quienes las comercializaban ante la gran demanda que existía, principalmente por parte de las empresas ferroviarias, quienes las usaban como combustible para las calderas, ya que las momias contenían un producto llamado “Natrón” como derivado del petróleo, cuyo componente utilizado por los sacerdotes egipcios, contribuía a la momificación. Es así como una momia resultaba mucho más eficiente que la leña y el carbón que tradicionalmente se usaban para avivar las llamas de las calderas de los trenes de vapor; por otra parte, el lino que cubría el cuerpo de las momias, era tratado por los egipcios con aceites vegetales y resultaba ideal para la fabricación del “Papel Envolvente” utilizado por las carnicerías Los fabricantes de ese papel, al añadir a la pulpa de celulosa trozos de lino de momia, lograban producir un papel encerado excelente para envolver la carne, que se caracterizaba por su color marrón claro y textura brillante. Este curioso papel a base de momia, fue muy popular en el mercado americano, hasta que una epidemia de cólera diezmó a la población, causado por el papel contaminado con bacterias milenarias egipcias, y por recomendación de los científicos, se prohibió el uso de las momias egipcias en la fabricación del papel que envolvía los alimentos… Es una demostración más de como el imperialismo económico convierte en riquezas todo lo que puede ser comercializado, sin importar el irreversible daño que se hizo de milenarios cementerios egipcios y tumbas de faraones, con la única finalidad de obtener beneficios".




martes, 16 de febrero de 2010

Suddenly last Monday

Después de mucho tiempo, de repente, ayer en la estación me toco en suerte un vendedor realmente majo y educado, de estos que te dan los buenos días, las gracias e incluso (que sí que existen) te dicen la vía en la que te espera tu tren justo antes de un amable hasta luego. El viaje fue de lo más agradable. Iba justo al lado de una muchacha que se dedicaba a ver episodios de una serie que me gusta:Friends. Como ya los había visto, porque eran de la primera temporada, decidí ver Suddenly, last summer: 1937, Nueva Orleans. Una joven, Catherine Holly,


la rechoncha y preciosa Elizabeth Taylor, es enclaustrada en un psiquiátrico por obra y gracia de su tía, Violet Venable (la adorable Katharine Hepburn). Esta última resulta ser una adinerada viuda que ha perdido a su hijo, su querido y venerado hijo, cuando éste estaba en compañía de Catherine (quien sustituía a Violet en un viaje). Montgomery Clift ejerce de un neurocirujano especialista en lobotomía, recibe una cuantiosa oferta de Miss Venable para lobotomizar a Catherine... El final sorprende. Las escenas dialogadas son verdaderamente largas y solo un amante del cine de mitad del siglo XX conseguirá disfrutar al máximo del film. La música me gustó mucho, aunque un ruidoso vagón de tren no sea quizás el lugar idóneo para apreciarla. Mención especial, por cierto para Eli Taylor: literalmente se come la pantalla. Por cierto, en la

película se quedan muchos cabos sin atar y esto no es fortuíto... Me sorprendió mucho lo de las pastillas de Sebastian y no entiendo por qué los jovenes lo seguían con tanto ahínco. ¿Droga quizás? Vista esta pelicula cabe preguntarse por la supuesta originalidad de las progres películas de final abierto: con ellas muchas veces se pretende evitar un final moral, aunque sin saberlo ni pretenderlo siguen siendo aleccionadoras, pero de otra forma. Me gustó. Salí del tren ya sin los cascos del ordenador y pude escuchar lo que decía el sabio micrófono de Renfe: POR FAVOR SE RUEGA A LOS ACOMPAÑANTES DE LOS PASAJEROS QUE NO SUBAN AL TREN. Estabamos tre o cuatro por allí que no pudimos evitar reirnos.