martes, 26 de febrero de 2008
Un martes.
Hoy. Llevo casi dos años estudiando en Santiago y Hoy es el día que más bella vi a la Catedral. Al principio no me gustaba demasiado, muy recargada (me decía); le he cogido mucho cariño. Paso todos los días un par de veces por su fachada, y hoy la he contemplado encantadora; una niebla muy densa a duras penas me dejaba contemplar el fin de sus torres. Una bruma con cierto misterio. Un martes para recordar...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
No se que tendrá, pero es preciosa en sí.
Cada vez que paso por Santiago, siempre intento verla.
Un beso
Santiago de Compostela...
la ciudad medieval y medievalizada, la ciudad-pueblo, con sus lluvias, sus catedráticos de medio pelo, sus calles vacías los sábados y repletas los lunes de madrugada...romanticona, tristota, provinciana...
¡¡está claro que la belleza de las cosas está en los ojos de quien las mira!!
Publicar un comentario