Hoy, la noche que da inicio al cinco de agosto, fue una de esas noches que todos los gallegos añoramos de vez en cuando. Hacía calor. Llegué cansado a casa después de un partido. Cené con rapidez un poco de fruta y tomé un libro para dirigirme a la terraza. La Luna llena y los perros aullando. Menos mal que mis vecinos no son de la familia de los Poe. Estaba demasiado cómodo para leer, tumbado entre aquellas sillas. Estuve pensando en miscelanea. Me fui a cama bastante tarde, con diligencia, porque al final había conseguido leer un buen cacho de El Padrino, de Mario Puzo… La Mafia me asombra. Creo que pasaba de las cinco, pero quizás confundí las campanadas del reloj con el agudo chillido de los grillos.
martes, 18 de agosto de 2009
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1 comentario:
(Venganza)
El día que me regales un comentario de más de 5 palabras hago fiesta en el blog
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