miércoles, 30 de diciembre de 2009

Relación entre Nietzsche y la filología

En estas navidades leo una biografía del pensamiento de Nietzsche publicada por Rudiger Safränski. Todavía acabo de empezarla pero ya hay un par de pinceladas que me gustan. En la página 44 revela algo que en cierta medida nos ocurre a algunos estudiantes, aunque siempre sea una osadía compararse con un genio:

"El examen de sí mismo le permite reconocer que lo determinanate para su proceso de formación no ha sido la coacción exterior, ni las perspectivas de carrera y la seguridad profesional, y ni siquiera la pasión por la filología, sino que, por el contrario, ha escogido la filología como medio de disciplinarse frente a la seducción del horizonte enorme de conocimiento y de las pasiones científicas."

Hoy en día, con toda la vorágine de especializaciones que nos persigue no parece descabellado, sino muy lógico y comprensible, escoger con libertad una disciplina amplia que nos ayude a formarnos como humanos. Nietzsche, entre otros, ha superado ese sentimiento que invade a muchos de que mediante el universalismo no se llega al fondo de las cuestiones, que tantas veces, sobre todo hoy en día, pone a los estudiantes y jóvenes en general, en el mejor de los casos, en los brazos de la ciencia estricta.

El otro tema que me complacía resulta ser que durante su adolescencia, como yo, Nietzsche se negó ostentosamente a participar en la celebración eucarística. Esto, evidentemente provocó un enfrentamiento con su madre. Yo, a veces, aun recuerdo risueño aquella bronca con mi padre por negarme a recitar aquel padre nuestro.

3 comentarios:

Eos dijo...

Qué gusto leer estas cosas.

Parece que el problema de la especialización ya nos viene de lejos...
Weber, contemporáneo de Nietzsche, también denunció abiertamente el auge de los Fachmenschen y su Berufsbildung -estudiar para desempeñar una profesión- contra los Kulturmenschen y la Menschbildung -educarse.

Y así seguirá. Nihil novum...

Ovidio redivivo dijo...

Tanto su Nietzsche, como su Heidegger y su Schopenhauer son absolutamente recomendables. Tan bueno es Safranski que, luego de leerlo casi no resulta necesario leer a sus biografiados.
Tiene además un ensayo sobre "el mal", de gran agudeza.
Saludos desde el otro Santiago y que 2010 sea un excelente año.
OR

Ó dijo...

...bajo el sol

Sí, algún día le brindaré una segunda oportunidad a Schopenhauer...