sábado, 17 de abril de 2010

Demóstenes y Esquines...

Hace poco tuve un horrible examen de Literatura Griega. Me sorprendió mucho la oratoria. En especial la epidíctica del bueno de Gorgias, y, claro, la oratoria judicial de Demóstenes. De corona, XIX, 128:
"¿Qué parte te toca a tí, desperdicio, y a los tuyos, en la virtud; o qué discernimiento entre lo correcto y lo que no es tal; de dónde o de qué modo, que hayas merecido tal capacidad? ¿De qué te es lícito mencionar la educación? De los que en verdad la han alcanzado ni uno solo osaría expresar de si mismo nada semejante, más bien incluso se ruborizaría al oírlo decir a otro; pero a los que, como tú, privados de ella, por la estupidez la simulan, les queda como remanemennte no el pasar por tales sino molestar a los oyentes cada vez que hablan. Y aunque no tengo dudas sobre lo que he de decir acerca de ti y los tuyos, las tengo acerca de lo que he de mencionar en primer término. ¿Acaso diré que tu padre Tromes era esclavo en casa de Elpias el que enseñaba las letras al lado de Teseo, con gruesos grilletes y palo de horca al cuello? ¿O que tu madre, usando de las nupcias de mediodía en la cabaña al pie del héroe calamita, te crió a tí, hermosa escultura y eximio actor secundario? Pero todos saben esas cosas aunque yo no las diga. Pero ¿y si digo que el cómitre Fromión, el esclavo de Dión el frearrio, la apartó de esa honrosa actividad. Mas, por Zeus y los dioses, no me decido, no vaya a ser qu eal decir de ti lo que te cuadra, dé yo mismo la impresión de haber pronunciado expresiones que no me cuadran. Así que eso lo dejaré de lado y empezaré por las actuaciones de su propia vida. Pues no procedía de padres usuales, sino de los que el pueblo maldice. Ya que hace poco- ¿Hace poco digo?- ayer o anteayer se ha hecho a un tiempo ateniense y orador; y añadiendo un par de sílabas convirtió a su padre de Tromes, esclavo, en Atrometo, y a su madre, muy orgullosamente en Glaucotea, a la que todos saben que se la llamaba Empusa, apodo adquirido, sin duda, por hacerlo y experimentarlo todo."

La praeteritio o paralepsis se ha convertido en mi recurso preferido, pues constantemente los oradores, como Demóstenes, se olvidan de concretarlo. Consiste en una declaración expresa de la voluntad de no tratar un objeto o tema mencionado. Demóstenes crea para Esquines un ethos, digamos, contundente. Y ganó la votación y consiguió expulsar y alejar de la vida publica a su adversario, quien fue exiliado al conseguir tan sólo una quinta parte de los votos.

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