miércoles, 24 de noviembre de 2010

Contra los pases VIP.

No entiendo por qué restringen tanto la entrada a los fondos de la biblioteca a los estudiantes. La biblioteca de filología hubo tiempos en los que fue (y vuelve a ser) mi segunda casa, en cambio, no fue hasta éste año, el último de mi carrera, en el que he podido entrar en los fondos, vamos, en "a parte de abaixo". No sé si a todo estudiante, pero al menos a cualquiera que pertenezca a lo que llaman "rama de Humanidades" los libros deberían apasionarle. Yo, que me muero por ojear libros, sólo el hecho de bajar, de comprobar que existe mucho más que el F.B. (¿Frecuent Books?), me ilusiona: y lo digo en serio. Impacta ver que, en parte, te hicieron perder el tiempo durante cuatro años. No es lo mismo buscar en un ordenador que bajar, conocer, situar y echar un vistazo a los libros. El daño en los libros y el número de préstamos nunca sería tan grande



como el impacto que estos, en su conjunto, producirían a un alumno de 1º , 2º o 3º. ¿Alguna explicación?

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