martes, 30 de noviembre de 2010

De Clementia...

De clementia 11, 4, 1

Clementia ergo non tantum honestories sed tutiores praestat ornamentunque imperiorum est simul et certissima salus. Quid enim est, cur reges consenuerint liberisque ac nepotibus tradiderint regna, tyrannorum exsecrabilis ac brevis potestas sit? Quid interest inter tyrannum ac regem (species enim ipsa fortunae ac licentia par est), nisi quod tyranni in voluptatem saeviunt, reges non nisi ex causa ac necessitate.

De clementia 11, 4, 1. La clemencia del poderoso

Por eso, la clemencia no sólo favorece la honradez en la gente, sino la seguridad, y es, al tiempo que ornato del poder, bienestar seguro. Pues, ¿cual es la razón de que los reyes hayan envejecido y hayan transmitido el reino a sus hijos y a sus nietos, de que sea odioso y breve el poder de los tiranos?¿Qué diferencia hay entre un tirano y un rey -pues aparentemente su suerte y libertad son semejantes-, sino que los tiranos se ensañan a placer, los reyes no, a no ser por motivos inevitables?

Séneca, en los albores del Imperio Romano. Era de las pocas mentes que se oponía al derramamiento de sangre humana en anfiteatros. Parece un vínculo con el pensamiento de los primeros cristianos. En este texto no escribe la palabra “pax”, pero la tiene en mente; a ella y a Augusto. Su clase senatorial, tan fuerte en la República, y que ejerce de la vieja aristocracia, ve perdidas sus libertades, que adquirió la figura del emperador. Éste se ahoga de poder: contemplemos a Calígula o al propio Nerón, al que va dirigido el pasaje. Séneca distingue claramente entre “Tirano” y “Rey”, como hacemos hoy en día. Maquiavelo debió leer estas líneas antes de escribir aquello de que el príncipe puede utilizar el miedo como recurso.

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