miércoles, 2 de diciembre de 2009

Carta de una desconocida

Las últimas dos películas que he visto son de 1948.¡Qué curioso! En ambas se demuestra que el cine y la poesía pueden llevarse bien fuera de francia. Carta de una desconocida

me gustó porque enlaza dos temas que conozco: el amor y la música. Esto no pasaba en la novela de Stefan Zweig: el personaje de Stefan (pianista) era un escritor, pero debido a la devoción de Max Ophüls, el director, por la música lo convirtió en pianista. Para un semimúsico siempre es entrañable ver como se va formando el mito del músico mujeriego.

Aunque no era, evidentemente, el actor Louis Jourdan, (protagonista con Hichcock de El proceso Paradine), quien tocaba, sino un pianista llamadao José Iturbi, pudimos escuchar mi querido Estudio en Re Mayor de Franz Liszt, La flauta Mágica de Mozart y Tanhäuser de cierto amigo de Nieztsche. Pero Louis Jourdan no es la figura principal de la película:, aunque sí el actor más agraciado (no vamos a andarnos con ambigüedades).

El filme nace como una vía para impulsar la carrera artística de Joan Fontaine, hermana menor de Olivia de Havillan. En EEUU la película, demasiado íntima quizás para los descendientes del lejano oeste, tuvo una fría acogida y una vida muy corta den las salas. Pero la recepción en Europa fue desmedida: desde ese momento se convirtio el film "de Opuls" en un clásico de la televisión norteamericana. Seguro que la ponen en navidad. La misma novela de Stephan weig fue adaptada por Julio Alejandro en 1955 y dirigidaa por Tulio Demicheli: su título era Feliz año, amor mío.


La Critica dice:


a) G.Cin. (Bianco e nero, abril de 1949): "La figura doliente de Lisa permanecerá entre las más creíbles ofrecidas por el cine de los últimos tiempos".

b) Louis Marcorelles (Cahiers du Cinéma, Num 81): "El arte de Ophüls, según una óptica muy femenina, consiste en poner en evidencia el peso del instante, el deseo de la mujer enamorada que carga cada minuto de amor de una intensidad apasionada. Soñadora, tierna, sino por y para el amor en esa Viena imperial donde todo parece decorado".

c)Bosley Crowther (The New York Times, 29 de abril de 1948): "Si usted busca sensibilidad y emoción coherente eun una película, cuidado con esta Carta demasiado escrita. Le ahogará con su retórica y su tontería".


Recordemos el gran diálogo:

J: "Hay cosas como el honor y la decencia"

L: "Me lo he repetido cien veces hoy"

J: "Hablas como si no estuviera en tus manos. No es así, Lisa. Tienes voluntad. Puedes hacer lo más correcto o puedes destrozar tu vida".

L: "No tengo más voluntad que la suya".


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