miércoles, 29 de julio de 2009

El huevo de la serpiente


La película es bastante conocida. La mayoría estaréis pensando ya en Suecia por su director, Ingmar Bergman. Pero no. Por razones fiscales después del rodaje de Cara a cara… al desnudo, Bergman dejó al cine sueco en calidad de huérfano, aunque todavía existían por aquel entonces contribuciones interesantes como la bonita Uno y uno de Erland Josephson e Ingrid Thulin. Así pues, Bergman se asienta en Alemania y con El huevo de la serpiente trata de que recordemos con gran intimidad el fantasma del doctor Mabuse al realizar una estremecedora disección del nacimiento del Nazismo y de lo que el llama “una civilización sin igual”. Tras estas palabras se suicida con cianuro el maligno doctor: “Es como el huevo de una serpiente, a través de la delgada membrana, se puede distinguir el reptil ya formado”. Acaba de aludir al intento de golpe de estado que efectuará Hitler en Munich, y a la posterior “revolución” que para el propio doctor Mabuse supondrá el Nazismo.

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