De Gran Torino sólo un pequeño detalle: el doblaje de los macarrillas pandilleros es realmente deplorable. Y lo mejor, aunque toda la película es entrañable, lo encuentro en ringcomposition, en su inesperados momentos graciosos, y, por su puesto en su enternecedor final, en el que digamos que Clint Easwood monta un verdadero "cristo", que ha aprendido de su gran amigo Charlton Heston en The Omega Man, pero que sabe emplear sin rudeza, sin fuentes extrañas, y repleto de buena intención.
Y así están los premios Oscars, donde se entregan estatuillas a Wall-E (rozo la obsesión), y ni se nomina a la que crítica y público considera como una de las mejores películas de su año.
El buen cine no debería entender demasiado de orientaciones, ni este ni oeste, ni izquierda ni derecha. ¿Quién se lo recuerda a Hollywood?...
4 comentarios:
Perdona que te corrija: no "del año"... "de la historia" (Clint es tan Clint!)
Wall-E te ha marcado x) jajaj He de verla!:)
Como quieres que se cargue a Mandela, si la peli es una recreacción ficticia de unos hechos históricos! ;-)
Y sobre Gran Torino, el doblaje es cosa de nuestros colegas españoles...
El cine auténtico es en versión original!
Precisamente por eso, Aina, porque es ficción.
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