El pasado jueves me envió un sms una amiga que estudia Historia del Arte. Me propuso ir a cenar juntos. Yo, que no tenía plan para el día "de marcha" (ya que los exámenes están al caer) accedí a su amable propuesta encantado. Llegué tarde al encuentro (esta vez no dependía solo de mí) y la verdad, debo reconocer que siempre que quedo con la Historiadora del Arte soy impuntual. Charlamos un rato y decidimos el lugar en el que saciaríamos nuestras necesidades culinarias (¡qué pedante quedó!). Ella quería cenar en una bocatería-tapería situada en Plaza Galicia (centro de Santiago). Accedí de buena gana, nunca había cenado allí.
Cuando pedimos empezamos a charlar, sobre los exámenes, sobre nuestros gustos en cuanto a lo que se refiere a las patatas (las pedimos con "alioli"), pero poco a poco llegamos a un tema en el que yo, últimamente, me estoy metiendo de lleno; La filosofía. Para los de la L.O.G.S.E. (es broma) el afán, amor, al saber. Mi amiga afirmaba que ella se pregunta muchas veces a dónde vamos a parar tras nuestra muerte. Me dijo (creo que es un refrán) que como no volvió nadie debe ser porque se está mejor allí. Tras bromear un poco con esto empezamos a hablar de Filosofía, pura y frágil. Empezamos con Parménides (le explique la teoría del ser que yo conozco desde hace muy poco y que me sorprendió en gran medida) y creo que acabamos comentando que el Arte contemporáneo era quizás demasiado platónico, porque ha perdido la forma sensible por completo, refugiándose en la idea. Condenábamos su elitismo; el del arte moderno, no el de Platón.
Mi amiga daba la espalda al resto de la gente y no pudo notar que nos estaban mirando con caras extrañas. Fue algo muy raro. Todos (dos parejas y un grupo de personas muy bien vestidas formado por un señor y dos señoras) estaban estupefactos; con la antena en nuestra conversación. Sus caras además de admiración e incredulidad tenían algo de soberbia. Estoy seguro de que pensaban; ¿Qué les dio a éstos dos? o; Vaya par de raritos... en el mejor de los casos. Se lo dije a mi compañera en voz baja. Por supuesto continuamos hablando sobre lo mismo como si nada hubiese ocurrido.
Poco después nuestra conversación decayó, (momentos en los que teníamos la boca ocupada). No le dije nada, pero hubo un pequeño instante en el que desconecté un poco de nuestra conversación para atender (maleducadamente por mi parte) a la de nuestros "censores". Una pareja estaba en silencio (durante más de un minuto no dijeron nada). Es muy triste que dos personas que tengan una relación no tengan nada que decirse ¿no os lo parece? Con la otra pareja no pude conectar (desde que dejé el piano mi oído no es el mismo). Pero las dos señoras y el señor conversaban enérgicamente sobre Julián Muñoz y la Pantoja, y sobre lo bien que ejecutaba una tal Ana Rosa un programa , creo, sobre "corazónes famososillos".
No los juzgo, me parece muy muy bien que cada cual tenga sus intereses. Pero no me parece demasiado normal que por hablar sobre lo que estudiamos, sobre lo que nos interesa, en definitiva, sobre nosotros mismos, nos claven sus ojos acusándonos de raros.
En clase de Filosofía Griega (bueno, perdón, Pensamiento Clásico) tratamos un texto de Aristóteles realmente interesante. Es el comienzo de la metafísica:
Παντεσ ανθροποι του ειδεναι ορεγονται φυσει. (perdón por los acentos y espíritus). Su traducción sería algo así: Todos los hombres por naturaleza aspiran a saber.
Creo que Aristóteles tiene razón una vez más. Todos queremos conocer, bien unas cosas, bien otras, y quizá en realidad ninguna más importante que las demás.
Prometo no volver a inmiscuirme en conversaciones ajenas.
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1 comentario:
Hola,
No sé como te llamás, pero leí alguno de tus posts, y me parecieron interesantes. Llegué acá en busca de información sobre el soneto de Giacomo da Lentini, y seguí leyendo tu análisis del Claro de Luna. Me pregunté quién eras, y me encontré con tu presentación. Entré a tu perfil, y vi que tenías prácticamente mi edad (yo tengo 20 años). Además, estudias Clásicas (que supongo que es algo así como Letras Clásicas, o Cultura Clásica, o va por la rama de las humanidades). Lo que más me impactó y me hizo escribirte fue la charla con tu amiga “historiadora del arte”...
Yo soy argentino, me llamo Cristian, y estudio Filosofía, y también Italiano (para ser profesor). Con la gente que me relaciono terminamos hablando de cosas bastante abstractas, y generalmente son de carreras afines. Digamos que encontramos cierto placer en el discurrir dialéctico. Tengo una amiga con la que decimos que cuando hablamos se forman espirales, y dentro de esos espirales se forman más espirales. Esta imagen psicodélica no es otra cosa que la abundancia y el desborde que es fruto de nuestras charlas. Enhorabuena (como dicen en España, creo) que exista paralelamente a nosotros gente que viva estas experiencias.
La actualización de ese Saber aristotélico al que tendemos, es la actualización de nuestra Esencia, nuestra Naturaleza, que a su vez es nuestra tendencia a la Felicidad (basta contrastar las primeras páginas de la Metafísica, con las de la Ética a Nicómaco).
Muy rico tu Blog.
Cualquier cosa, escribime...
Cristian
gepetto88@yahoo.com.ar
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