En la primera película mencionada, la más reciente, hace toda una apología de la venganza judía, edulcorada con eso que a mí tanto me gusta: la ausencia (o la innecesidad) de veracidad historica milimétrica en las películas. Los judíos consiguen matar a Hitler. Me encantó, por cierto, el actor que hace de coronel alemán.
Histriónico, pero perfecto para el papel este Cristoph Waltz. Tarantino tiene un don para crear situaciones absurdas llenas de buenos diálogos no carentes de implicito doble sentido: el mejor ejemplo es la primera escena con la persecucción de la familia judía. Con respecto a Abierto hasta el amanecer, donde aparece un gran George Clooney acompañado por el propio Tarantino, como secuestradores, y Salma Hayek haciendo un striptease muy serpentino.
Con respecto a sus locuras, sólo decir que mezcla un robo de banco, que acaba con unos secuestros y un par de sádicos asesinatos, con un bar nocturno repleto de vampiros y de gente tan normal que se presenta de la siguiente manera: “sex machine, encantado”. Creo que disfruté más con Malditos bastardos, aunque sólo tímidamente se acerca a la gran Pulp Fiction.
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