La clave en la comedia es traspasar lo cotidiano: existe un gusto desmedido por lo que está fuera de lugar. No se escatima en críticas personales, ονομαστί, que alcanzarán a muchos ciudadanos conocidos de la ciudad. Por supuesto tenemos que hacer alusión a las constantes referencias políticas. Una mala decisión puede ser empleada como burla en la comedia.Visto lo cual, que se valoran los comportamientos individuales y de cargos políticos, sería lícito decir, con la boca pequeña, en bajito, y con mucha cautela, que no deja de tener cierto parecido, en ese sentido, con la prensa rosa de nuestros días, a pesar de que esta no haga ninguna gracia, por lo menos a mí (y en cambio, a veces la Comedia antigua, sí): lo inexplicable es que hayan transcurrido ya 2000 años.
En la comedia antigua se criticaba la homosexualidad (hoy en día el discurso políticamen correcto y nuestra legislación nos aseguran que no es criticable pero todavía, la homosexualidad, no se ha aceptado en el ámbito de nuestra cultura) y de vez en cuando, en este tipo de programas tan televisivos, emiten alguna que otra broma de esta índole (a veces incluso de mal gusto). En ambas se tratan normalmente historias del presente y se mezcla lo real con lo fantástico (montajes). El tema sexual, a secas, es evidente en ambos casos con constantes referencias concretas y explícitas (que si alguien se acuesta con el otro alguien...). Unido al último argumento podríamos mencionar las alusiones escatológicas de la comedia y la sensación de asco (abundante en mí, por lo menos) que provocan los programas prensa rosa, que muy a menudo combinan algún que otro video que hace que nuestra mente se bloquee e imagine de manera vertical y central el concepto griego de σκωρ, σκατοs, literalmente “excremento, mierda”. Por último aludir al hecho de que las parodias mitológicas no faltan en las comedias: ¿recordáis qué hacían esta clase de programas cuando murió el ser cuasi mitológico “Michael Jackson”? No querría que pensaseis que mi concepción de la Comedia Antigua es errónea. Sé situar, más o menos, tanto su calidad como su cometido: la risa, aunque quizás no sea este su único propósito. Lo ejemplifico con los maravillosos juegos de palabras y la formación de vocablos nuevos: Aristófanes, sabedor de su valía, creaba palabras propias muy jugosas y realizaba paronomasias, dobles sentidos, todo ello siendo consciente en todo momento de lo que hacía. ¿Qué ocurre en la prensa rosa? Que tienen que recurrir a publicistas para que creen monumentos lingüísticos que enganchen del tipo “El programa de Ana Rosa” (nótese que lo incluyo en “prensa rosa”),“¿Donde estás corazón?” o el legendario, "Corazón, Corazón" (que este es muy serio, ¿eh?)
Agradecimientos: al gran comediógrafo Aristófanes, por ayudarme a disparar mis absurdos vituperios apuntando a la prensa rosa.
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