miércoles, 19 de agosto de 2009

Mulholland Drive


Nos dejó atónitos. Hace algo más de un año llevé a mi piso santiagués esta película de David Lynch. La vimos con ojos como platos. Nadie entendía demasiado. Se juega con la inteligencia del espectador. Me recuerda a aquella historia en la que un prestigioso científico envía un documento a una revista para que lo publiquen. Éstos, sin revisarlo lo publican. El texto enviado por el célebre investigador no tenía ni gota de sentido. Sólo quería poner de manifiesto la facilidad de publicar tonterías cuando se es ya famoso, además de resaltar la poca diligencia, y credibilidad, de la revista.


La historia que propone Lynch es más o menos así: después de un accidente de coche en la carretera Mulholland Drive de Los Ángeles, una mujer preciosa y medio inconsciente se oculta en una casa. Betty, la sobrina de la propietaria, una aspirante a actriz recién llegada a Hollywood, la encontrará totalmente amnésica y decide ayudarla. En el bolso de la desconocida encuentran una llave azul y varios fajos de billetes. El recuerdo de un nombre, Diane Selwyn, las ayudará en el intento de averiguar la identidad de la misteriosa mujer. Una de las principales interpretaciones que se le ha dado a la película es que todo ha sido un sueño, provocado por el temor de la protasgonista a la perdida de su gran amor, Camilla Rhodes (Laura Elena Harring), en manos del asesino que ella misma contrató. Los personajes en su sueño tienen unos papeles y una suerte influidos claramente por sus deseos y muy diferentes a los reales que trágicamente se van descubriendo. Después de despertar y recibir a su vecina, Diane recuerda los momentos duros cuando Camilla anuncia su boda con el director de cine Adam Kesher, continua el flashback hasta el momento en que contrata al asesino. Vuelta al presente Diane es invadida por sus miedos (representados por el vagabundo detrás del restaurante) y su conciencia (representada por la pareja de ancianos, probablemente sus padres) que la atormenta hasta que termina suicidándose, temor que se veía reflejado en su sueño. La llave azul, prueba de que el asesino ha llevado a cabo su trabajo, también simboliza el instrumento que abre la conciencia de Diane, representada como una caja del mismo color. El club Silencio sería una metáfora del engaño de la representación que se está viviendo. Betty es el nombre de la camarera del restaurante donde Diane contrata al asesino. En el sueño, el nombre de la camarera es Diane. Sin embargo, el director ha sido enfático al decir que cada interpretación es valida y aceptable, pues la película deja entrever que son muchísimas las perpectivas posibles y que de ella se desprenden muchas interpretaciones. David Lynch llegó a dar 10 pistas para conseguir resolver el misterio:

* Pongan particular cuidado al inicio de la película, por lo menos 2 pistas son reveladas antes de los créditos.

* Consideren lo que sucede en las tomas de la lámpara roja.

* ¿Pueden recordar el título de la película para la que Adam Kesher está audicionando actrices? ¿Se menciona de nuevo?

* Un accidente es un evento terrible... consideren el lugar donde ocurrió el siniestro.

* ¿Quién entrega una llave? ¿Por qué?

* Presten atención a los siguientes objetos: un cenicero, una taza de café y una alfombra.

* ¿Qué sucede dentro del club "El Silencio"?

* ¿El talento fue lo único que ayudó a Camilla?

* Noten qué sucede con el hombre que está detrás de "Winkies"

* ¿Dónde está la tía Ruth?

Un año después sigo pensando, a veces en esa película.
No puedo más, pero el rompecabezas es interesante.
Todo es una trampa de Lynch.

No hay comentarios: