martes, 23 de marzo de 2010

De cuando una lengua fue regida por una Comunidad Autónoma

De nuevo el falso progreso, la hipocresía. Aquí se puede encontrar esta declaración en su habitat. Es una respuesta, muy vergonzosa, a la Rosa Díez. Dicen que quien se pica... ajos mastica.

"Declaración institucional do Parlamento de Galicia"

A utilización do xentilicio “gallego” como un alcume pexorativo non só ofendeu a milleiros de galegos e galegas e a outras persoas sensatas, senón que constitúe un tópico non aceptable polo que contén de prexuízo xenófobo, inadmisible no único marco de debate que cómpre defender, o das ideas.
Este tipo de prexuízos xenófobos susténtanse nun pensamento feble e na falta de cultura, e entraña un perigo potencial para a convivencia das persoas e dos pobos.
O Parlamento galego fai un chamamento a afondar na educación nos valores cívicos da tolerancia e respecto ao outro, e a abandonar a linguaxe que pode fomentar estas condutas, sobre todo por parte das persoas creadoras de opinión, entre as que nos atopamos as representantes e os representantes públicos.

Parlamento de Galicia, 9 de marzo de 2010

lunes, 22 de marzo de 2010

Buenos días, Tristeza.

De entre todas las películas que tenía elegí Buenos días, tristeza porque la noche del jueves fue un poco triste. En cambio, la actriz principal consiguió alegrar mi lluvioso viaje en tren. La dulce Jean Seberg, el eterno galán David Niven y Deborah Kerr son los principales actores. Merecería ver la película simplemente para conocer un poco las aficiones de los habitantes de la Riviere Francesa. Está dirigida por Otto Preminger y tiene como pilar esencial una novela de Françoise Sagan. El film es en blanco y negro, aunque los continuos hysteron-proteron se ruedan a color. La mejor interpretación, sin duda la de Jean Seberg. Prueba de ello podría ser que el, por aquel entonces (1959), crítico de cine Jean-Luc Godard quedó ensimismado con la actuación de Jean Seberg hasta tal punto que no dudo en convertirla en protagonista principal de su célebre Al final de la escapada. Después de Seberg, como de costumbre, lo mejor son los diálogos. Mediante los mismos (sobre todo por la manera en cómo Cécile llama y nombra a su padre , con un simple "Raymond"), y gracias a alguna que otra ansiosa y llena de rabia mirada perdida

podemos vislumbrar un infámico y anacrónico complejo de Edipo, del cual yo todavía no he podido ver mejor retrato que este en el cine. Quizás le gustase a Freud, quien dice a propósito del tema:

"Así, por ejemplo, hace tiempo hemos advertido que muchas mujeres eligan a su marido de acuerdo con el modelo del padre o lo colocan en lugar de éste; pero en el matrimonio repiten con ese marido su mala relacion con la madre. Esto se comprende facilmente como un caso obvio de regresión. La relación materna fue la más primitiva; sobre ella se estructuró la relación con el padre, y ahora en el matrimonio lo primitivo vuelve a emerger de la represión. En efecto , la transferencia de lo lazos afectivos del objeto materno hacia el paterno constituyó el contenido esencial del desarrollo que condujo a la feminidad."
Un buen resumen de la trama de esta película se condensa en un refán latino cuyo inicio todos conocemos:

HOMO HOMINI LUPUS: MULIER MULIERE LUPISSIMA

miércoles, 17 de marzo de 2010

"Alfredico": Yo confieso.

Esta película de Alfred Hitchcock se rueda en Quebec (Canadá). La escriben George Tabori y William Archibald, y se basa en la obra teatral Nos deux consciences, 1902, de Paul Anthelme. Fue nominada al Gran Premio del Festival de Cannes. 22- de marzo de 1953. Casi la veo el mismo día de su estreno. La acción ocurre en Quebec en torno al 1952. Un inmigrante de Alemania, con todo lo que esto implica, Otto Keller (Hasse) trabaja más o menos como sacristán de la parroquia de Santa María.. Descubierto por éste cuando intentaba robar dinero de la caja fuerte del abogado Vilette (Legare), Keller lo asesina y poco después confiesa su crimen al sacerdote Michael Logan (el gran Clift). Esta vez lo mejor de la película no es, para mí, Hitchcock, sino su mano hiladora, que conduce en todo momento a Clift. Si la película decae en intriga y suspense en su parte final, pues se puede apreciar con claridad que una vez que Logan se dirige a la comisaría tiene el propósito de seguir adelante con sus principios y no revelar, de ninguna forma, el bien-guardado secreto de confesión de Keller, no lo hace, en cambio, su personaje, que en todo momento se muestra espléndido y entero. Algo que no me satisfizo del todo fue el constante y disparatado uso del flashback, que en otros films suele racionar con mucho atino el señor Hitchcock. El final pudo resolverse de otro modo: resulta extraña la reacción del matrimonio Keller... A pesar de estas erratas la película nos deja escenas grandiosas, como alguna que otra llamada ilegítima de teléfono,

o cierto desayuno en el día siguiente al crimen. Por cierto, si os suena la cara de la actriz no os preocupéis: quiere decir que la abéis visto en una obra en la que intervino en 1950, en su película más recordada, la obra maestra dirigida por Joseph L. Mankiewicz Eva al desnudo. Con respecto a Clift no hay nada que decir. Está incluso mejor que en De aquí a la eternidad.
Mención de honor debería recibir la persona a la que se le ocurrió la compleja trama del secreto de confesión y la relación entre Clift y la mujer del abogado.

martes, 16 de marzo de 2010

Proyecto de literatura comparada...

Este es un "trabajo" que hice en Octubre de 09 sobre el VIH.


El amor en tiempos de sida

UNA APROXIMACIÓN AL PAPEL DEL AMOR DESDE EL ARTE.


Fuentes:

1 Cyril Collard, Les Nuits fauces: Película, estrenada el 21 Octubre del 1992, Traducción: Las noches salvajes.

2 Leonard Cohen: Everybody Knows. Canción, aparece en el álbum “I’m Your Man”, publicado en 1988. La escribió el propio Leonard Cohen en colaboración con Sharon Robinson. Existen diversas traducciones en la red: Ejemplo.

3 Dennis Arthur Dames: HIV, AIDS poem: poema. No hemos encontrado traducción castellana disponible. Se puede consultar el original en la web: Island Poetry Domain.

4 Carlos Medina Viglielm: Sida (O El amor condenado). Escultura realizada en hierro y madera de curupay (altura: 80 cm.). Obra propiedad de Proyecto Cultural Sur (Brasil).

Las obras:

1 Un fragmento bastante significativo de la película de Collard lo podemos encontrar en youtube.

2 En este punto presentamos un extracto de la interpretación de Everybody Knows que Leonard Cohen realiza en concierto que ofreció en Vigo el 14 de Agosto de 2009. Destacamos con respecto a la relación entre el Amor y el VIH lo siguiente [traducido del inglés]:


Y todo el mundo sabe...

Y todo el mundo sabe que la Plaga está llegando,

todo el mundo sabe que está avanzando rápido.

Todo el mundo sabe que la desnudez del hombre y

la mujer son solo un brillante artefacto del pasado.

Todo el mundo sabe que la escena es muerte,

pero allí va a estar a un metro de su cama

que revelará... lo que todo el mundo sabe.

Y todo el mundo sabe que están en problemas,

todo el mundo sabe lo que han estado atravesando”.

...


3 Aquí ofrecemos el poema de Dennis Arthur Dames íntegro y en versión original:

AIDS is here
AIDS is there
AIDS is everywhere!

Ignorance increases the spread
as HIV shows its dreadful head
Infidelity is a cause
as HIV spreads its deadly paws

Condoms continue to leak
as HIV shows no peak
Education is the key
Promiscuity shouldn't be

AIDS don't play…
take heed if you may”

4 Por último, la escultura de Carlos Medina Viglielm, tomada de su propia web.

¿Cómo podríamos abordar el estudio comparativo de las obras?

El título elegido para nuestro hipotético trabajo -si es lícito denominarlo de este modo-, que parafrasea una célebre novela de García Márquez1, nos muestra el vínculo que hemos observado entre todas las obras: el amor. Está presente en ellas, así mismo el tema de trabajo propuesto: el Sida. Cada una de las obras elegidas se aproxima al amor de distinta manera, idiosincrásicamente. Para la confección y desarrollo del ensayo académico queremos dejar claro que nos parece muy juicioso aquello a lo que aludía Cortázar2 afirmando que: “si hablamos de amor hablamos de sexualidad. Al revés ya no tanto”, es decir, nos parece que la sexualidad y no sólo “el sexo” estaría, por tanto, presente en las obras, como una categoría paralela -acaso equivalente- a la del “amor”. Podríamos englobarlos, para nuestro objeto, en un todo.

En la primera de nuestras obras, Les nuits fauves, observamos que Collard bosqueja la aparente paradoja de que el propio virus, el contagio del VIH, podría enseñar a amar. Les nuits fauves es una película autobiográfica en gran medida, lo que se confirma por el hecho de que Cyril Collard muriese poco después del estreno3 de la misma enfermedad.

Sus diálogos son realmente directos. Es como si el director supiese que no cuenta con demasiado tiempo. El personaje de Collard trata de aferrarse a la vida, intentando exprimirla al máximo en un desmedido proceso de autonegación. En un principio no asume su enfermedad, lo que le llevará a comportarse a ojos del espectador de manera inmoral. Es justo en este punto donde radica su inmensa honestidad. Collard en ningún momento se justifica, y plantea una problemática real sin adornos, con crudeza y realismo.

Resulta admirable el intenso periplo de aceptación de la enfermedad. La película capta los seísmos emocionales y delirantes que ésta provoca en él. Su experiencia frente al virus comienza de forma escabrosa: al regresar de un viaje a Marruecos, de repente, le comunican que es seropositivo. Al principio, como decíamos, su reacción consiste en vivir al límite, sin más. En esa dinámica, desestima tomar precauciones para evitar el contagio de otras personas, y mantiene relaciones (además de con algunos hombres, pues es bisexual) con una joven de 17 años, Laura, a quien no advierte en ningún momento de su enfermedad. Al contemplar tal situación, un amigo le aconseja sincerarse con Laura y comunicarle abiertamente de su problema, ante lo que el protagonista se niega, alegando que a ella no le va a pasar nada. El amigo cita a San Pablo: "Para los seres puros, todo es puro".

Todas las acciones de Jean confirman su manera de negar la enfermedad, su incapacidad para asumirla: "No me cabe en la cabeza que eso forme parte de mí, no puedo asumirlo", dice textualmente. Finalmente, se lo confiesa a Laura, quien lo rechaza al sentirse engañada, distanciándose de él tan sólo por un breve lapso temporal, pues su amor-obsesión puede más, y acaban reencontrándose. En este punto, ella lo tranquiliza ante la posibilidad de estar contagiada, y es ya Jean, cada vez más consciente de la evolución de su propia enfermedad (comienzan los primeros brotes en la piel, visitas al médico), quien empieza a preocuparse. Laura no puede aceptar la situación, como demuestran sus palabras: "Quiero que me ayudes a dejarte, a no pensar en ti, a olvidarte de una vez. No quiero que nos separemos, pero dime cómo. Si ya no hay amor, creo que voy a quedarme con mis recuerdos".
Demasiado fácil de decidir pero complejo el asumirlo.

Al borde casi de la locura, ingresa en una clínica de reposo. Llegados a este punto, sería interesante una comparación con el film de Kazan Esplendor en la Hierba4. "Estoy vivo, el mundo no es sólo algo que esté ahí fuera, pertenezco a él, estoy en él. Puede que me mate el SIDA pero ya no es mi vida. Yo estoy en la VIDA". El protagonista afronta su enfermedad y es capaz, sólo así, de amar. Parece, por lo tanto, que el Sida es quien enseña a amar a Collard. La enfermedad comienza ejerciendo una influencia negativa en el amor de Collard, que contrasta con la visión más positiva de sus postrimerías.

La película, por tanto, conformaría una visión muy alentadora, que, como veremos, contrasta en grado sumo con la siguiente obra que trataremos: Everybody Knows. En la canción del poeta y cantautor Leonard Cohen se distingue un tono más pesimista en cuanto a la sociedad en general (si observamos la canción en su totalidad) y en cuanto al virus del Sida y a su relación con el amor de pareja en particular. Cohen alude a la enfermedad denominándola “Plaga”. Nos reitera que llega con rapidez y que su avance es inminente; descripción con la cual nos anuncia el nivel de condicionamiento que la enfermedad podrá ejercer tanto sobre el amor como sobre la experiencia sexual.

De hecho, Cohen llega a afirmar que las relaciones entre un hombre y una mujer (seguramente aluda a personas concretas en la canción, de ahí su problemático “baby”) son cosas pretéritas, y que no podrán ya tener lugar: “todo el mundo sabe que la desnudez del hombre y la mujer son solo un brillante artefacto del pasado”. Quizás pueda hacer referencia a la extinción de esos seres concretos de los que hablábamos, al hecho de verse privados de la capacidad de generar descendencia cuando afirma: “todo el mundo sabe que la escena es muerte, pero allí va a estar a un metro de su cama”. Podemos decir que el contagio del Sida para Cohen conlleva el fin de las relaciones ocasionales, y que, por extensión, acarrea el ocaso del amor.

En la tercera de las obras escogidas, el poema de Dennis Arthur Dames titulado HIV, AIDS POEM, tenemos un acercamiento moral al tema de nuestro trabajo. Parece, por el “if you may” del último verso que quien ocupa la primera persona del poema está infectado, o podríamos pensar que nos está advirtiendo simplemente del peligro que supone la enfermedad para aquellos sujetos que presentes tendencia hacia la promiscuidad. Quizás esta visión sea un tanto personal y tendenciosa, pero la realidad es que este hecho resulta indiferente para nuestro propósito. Simplemente debemos observar que Dames alude a que el amor y la sexualidad, que en el poema toman la forma “Promiscuity” de “Condoms” y de “Infidelity”, contribuyen, de forma nefasta, a la proliferación y al avance del VIH.

El autor, para luchar contra el incremento del contagio de la enfermedad, pretende luchar también contra lo que podríamos llamar el “amor ignorante”, contra el amor sin educación. Ésta se nos manifiesta, pues, como un necesario instrumento para combatir la pandemia, a la vez de cómo un elemento sustancial en todo amor que se precie de ser verdadero.

Por último, en nuestra obra escultórica, tenemos al amor como protagonista absoluto: el amor es la Víctima de la Enfermedad, es el paciente del Sida. La obra de Carlos Medina Viglielm presenta una boca sensual y dispuesta para un beso, rodeada y envuelta en unas rejas que no hacen más que, como el título de la obra del escultor uruguayo indica, condenar el amor al olvido. Es muy posible que el autor quiera hacer alusión con esta visón tan sacrificada del amor al hecho de que cualquier persona afectada del VIH está casi castigada- recordemos Les nuites fauves-, condenada, a la ausencia de pasión amorosa. Los materiales, la madera de curupay y sobre todo el hierro, frío e inapelable, unidos al tono grisáceo de la obra, vuelven a mostrarnos la crueldad a la que el amor es sometido cuando el Sida irrumpe en la vida de un amante.

Como conclusión podríamos argumentar que las cuatro obras se aproximan a nuestro objeto de estudio a través del papel simbólico que ejerce el Sida en los sujetos de las obras (película y escultura) o en el propio amor en general. Polarizando las visiones en cierto modo, podríamos afirmar que si en la película de Collard el Sida ejerce de docente, en la escultura de Viglielm la enfermedad toma aspecto de carcelero, de opresor. Podríamos, a su vez, establecer una visión maniquea entre las obras restantes, ya que en el poema el amor ignorante y sin educación sería la causa del Sida, y en la canción de Cohen es, por momentos, justo a la inversa ya que se nos presenta al amor, con cierta dosis de nostalgia, como cosa del pasado, como algo que, debido al peligro del VIH, no tendrá cabida en un futuro.



1 El amor en tiempos de Cólera, Gabriel García Márquez

2 Rayuela, Julio Cortázar, Capítulo 27

3 Cyril Collard falleció tres días después de recibir cuatro premios Cesar (incluyendo el de mejor película) en la edición de 1992.

4 Quizás esté evocando Collard a Esplendor en la hierba. Recordamos el célebre poema que se recita en la obra de Elia Kazan: Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que afligirse. Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo... En este poema se alude también al recuerdo, y Natalie Wood, la protagonista del film de Kazan, ingresa, igual que Collard en una clínica psiquiátrica “víctima del amor”.

lunes, 15 de marzo de 2010

De la literatura comparada en la USC...

No una amiga, sino varias, me habían recomendado escoger esta asignatura optativa: Introducción a la Literatura Comparada. Lo hice con ilusión (quizás haya visto demasiadas series o películas estadounidenses en las que los alumnos acababan interactuando de más con la figura docente). Desde entonces todo han sido obstáculos. El profesor que la iba a impartir (según marcaba el programa durante el verano) se tomó un año sabático, o eso creo, y la asignatura le fue asignada a otra profesora: su compañera de despacho. Todo fue sobre ruedas los primeros días. En teoría la asignatura se planteaba del siguiente modo: tendríamos una hora de clases prácticas a la semana en la que se nos hablaría desde una perspectiva tematológica del mito de Fausto (impartida por un becario experto en el tema: un tío simpático). Y, con mucha gracia, no se nos mencionó en cambio la posibilidad de ser evaluados en esta parte de la asignatura, por lo que la gente comenzó a faltar a estas clases con mucha naturalidad. Quizás a tal carencia de auditorio pudo ayudar el vocabulario a medio camino entre la comicidad y la pedantería del profesor, quien se empeñaba en intentar cada día una formula mágica distinta para lo que llamaríamos una clase-magistral, aunque a decir verdad nunca acabó por encontrar la mezcla exacta. Esto en cuanto a la parte práctica. Después tendríamos dos horas teóricas con la profesora titular. De esta parte se nos evaluaría con un examen escrito a mediados de Diciembre. Y finalmente, según el programa de la asignatura:
"Los alumnos deberán realizar de manera obligatoria un trabajo que entregarán por escrito a finales de enero. A extensión máxima será de 10 páginas. La elección del tema del trabajo necesitará de la supervisión del profesor de la materia. La calificación del trabajo constituirá un 50% de la calificación total".
Está bastante claro ¿no? Bien, como siempre ocurre en estos casos, no vamos a ser ilusos ni a pecar de ignorantes, los profesores nos proponen una serie de trabajos que los alumnos debemos ir realizando con una regularidad de dos semanas, o bien para entregar, o bien para exponer en clase. Nunca tuvimos muy claro cómo influirían los trabajos en nuestra nota, aunque evidentemente creímos que los mismos estaban destinados a ser ese tanto por ciento que se destina a la participación en clase o a la simple asistencia. En el programa versan así, lo cual parecía justo:
"Se tendrá en cuenta la asistencia y participación en el desarrollo del curso (50% de la evaluación total) mediante la realización de lecturas, presentaciones orales/escritas, debates, recensiones, etc".

El primero de ellos era sobre el V.I.H. Y la profesora propuso lo siguiente:

"Busque catro obras de calquera disciplina, (cinematograficas, fotográficas, televisivas, etc.) que aborden o tema da Sida. Corpus: Citaranse as obras por autor/a, darase o título orixinal da obra, mencionarase se existe tradución da mesma e o ano de publicación. Exemplos: Facilitarase un fragmento demostrativo de cada unha das obras. Se os fragmentos son de videos ou clips poderá recurrirse a Youtube, Myspace… proporcionando o enlace. Comentario: Explicarase como se levaría a cabo un traballo comparatista entre as obras. Para iso, non é necesario ler os textos completos, pero sí ter unha idea xeral do conxunto da obra do que se extraen os fragmentos, mediante as pesquisas que o alumn/a considere oportunas. É importante sinalar o papel simbólico da sida, se o hai".

Al margen de la última apreciación, realmente importante para el desarrollo del trabajo, está claro que como no teníamos demasiado tiempo (tan sólo un fin de semana) iba a resultar imposible leer el conjunto de obras y si se diese el caso, ver películas o incluso arte. Publiqué en el blog mi trabajo, en el que no pude leer los libros enteros, ni ver las películas en su totalidad, y, por lo tanto, tomé cosas de internet. ¿Cómo se hace un resumen del contenido de una película, es decir, cómo se consigue una "idea general del conjunto de la obra de la que se extraen los fragmentos" sin hechar mano de internet? Me sorprendió mucho que la profesora me censurase que yo hubiese recurrido a la red para elaborar un resumen de la película que escogí para el trabajo. Y sobre todo cuando ella es una de las defensoras de las nuevas tecnologías y de la "pizarra mágica", aunque después, en realidad, no tenga ni idea de cómo utilizarla. Pero no sé de qué me quejo, y creo que me estoy pasando un poco: que una profesora no me haya aportado ni lo más minimo a mi formación, que me haya tratado como a un niño, que haya sido injusta en un par de notas, que nos haya mentido con respecto al examen de la parte práctica de un modo descarado, acusandonos de holgazanería en el momento en el que protestamos tímidamente debido a su novedoso sistema de evaluar, todo esto, no quiere decir que después, en su horario de tutorias y también durante las clases, fuese una persona encantadora, muy amable y atenta. Lo cual está muy bien, aunque no sea, al menos para mí, lo más importante en una profesora. Además todo lo agradable que fue durante el curso se le olvidó cuando decidió escribirnos que era curioso que "siempre hubiese problemas en la misma etapa del año" (se refería a febrero, temporada de examenes, cuando ella y su compañero, sin habérnoslo comunicado desde el inicio del curso decidieron establecer un complicado examen de la mencionada parte práctica de la asignatura). Con respecto al becario, y como ya dije con anterioridad, parecía una persona interesante y ácida, y con el que, al menos, se aprendía mucho vocabulario y sus clases servían de algo. El proyecto final, al que se le suponía un 50% de la nota total, acabo por (que suele ser lo más importante de la asignatura y donde demuestras todo lo que aprendiste a lo largo del curso) contar algo así como la 1/5 parte de un 66%. Prefiero no saberlo exactamente. Debo decir, asimismo, que no es que yo haya trabajado (al menos este año) demasiado en este proyecto: me explico. En primero de carrera, hice un elaboré un trabajo sobre La Tempestad de Shakespeare para la asignatura de Teoría de la Literatura que yo remodelé un poco para entregarselo a esta profesora, aunque esa no fuese mi idea inicial. Fui a una tutoría (después de haberle propuesto hacer un trabajo sobre Catulo) y me dijo literalmente "¿pero no estás un poco aburrido de lo Clásico?". Ante todo lo que implica la pregunta decidí hacer oídos sordos y presentarle una nueva versión del trabajo que años antes había entregado a su compañero de despacho sobre Shakespeare (al que parece no considerar muy clásico). No podía pasar nada: mi trabajo aunque no "inédito" , sí era original. Y así fue. Durante días recé y recé, cargado de ira yámbica, para que mi calificación en ese trabajo fuese baja, y de ese modo gozar de una vía libre para recriminar que su compañero de despacho me había puesto un redondo diez en ese "proyecto" pero ni siquiera eso me salió bien. La profesora me puso un 9,5 sobre 5 (sic), supongo que se equivocó; y sólo me advirtió que en el futuro ampliase la bibliografía. Ahora bien, la gota que colmó el vaso no fue esta, sino una exposición que tuvimos que hacer para hablar del gran concepto abstracto del Multiculturalismo. La exposición consistía en un trabajo de grupo sobre un autor que tratase el tema: mi grupo lo formábamos 4 personas de 3 titulaciones distintas (atención a los problemas de horarios que tuvimos). Fuimos los primeros en exponer y la verdad, todos dijeron que lo habíamos hecho realmente bien. Toda la clase, o al menos la mayor parte, parecía entusiasmada al reirse, con nosotros, muy a menudo a lo largo de la exposición. Ahora bien, de ningún modo fuimos la mejor nota. Y no es porque nuestra ponencia en grupo haya sido vana, poco profunda, o mal estructurada. Esto se debe, supongo, a que no nos sentábamos en primera fila y a que hicimos reir a la gente y pasar un rato agradable. Se nos otorgó un 8.5, que no está mal, aunque si lo comparas con el ridículo, porque no hay otra palabra, 9 que tuvieron otros grupos... te deja muy mal sabor de boca. Recuerdo una exposición sobre García Márquez (que no es que odie a ese genealogista, pero casi) que llevaban a cabo unos chicos que se suelen sentar en primera fila. Comenzaron, un chico en concreto, con una barroca y pedante introducción (improvisada, por cierto), que duró más que el resto de la exposición. Eran cinco personas e iban hablando de uno en uno, sin apenas comunicación entre ellos. Eso sí, hay que decir que una de ellas tiene una gran capacidad para exponer y quizás sí se mereciese el nueve, ya que fue quien más o menos, a los que todavía no nos habíamos dormido, nos supo explicar el quid de la exposición. El resto de los miembros resultaron un desbarajuste total: si bien una de las chicas tenía disculpa, pues no paraba de toser, en las otras dos resultaba diáfano que habían trabajado poco o muy poco. La exposicón, en líneas generales y salvando a la chica de la voz clara y el ritmo agradable y pausado, fue un desastre (y no soy el único que opina así). Uno de los componentes de ese grupo llegó a confesarme, resignada, días después, que le había parecido mucho mejor nuestro trabajo y que su exposición había sido un muy sobria. Y a pesar de esto, en el fondo, me daba lo mismo qué nota recibiese este grupo, claro, hasta que me enteré que se habían otorgado notas individuales en una exposición en grupo. Mientras en nuestro grupo había un común e injusto 8.5. Los componentes del otro grupo tenían un 9 dos personas (el de la introducción de media hora y la chica locuaz) y un 7 el resto. ¿Por qué en un trabajo de grupo se ponen notas individuales? Se puede pensar que se debe a que unos trabajaron más que otros, claro está. Pero ¿sólo en este grupo? Incluso en mi grupo, en el que todos aportamos algo, unos trabajamos más que otros. A mí me parece MUY injusto.

Pero he aprendido. En primer lugar no volveré a escoger una asignatura de este tipo y en segundo lugar, si lo hiciese tendría en cuenta lo que alguno de mis compañeros hacía:


A mi me falta nota en esta asignatura pero a otros les falta talante. Pero no todo es negativo. Había gente que parecía interesante, incluso en la primera fila. Las erasmus, de hecho, eran la mayoría muy simpáticas.

Y, hablando claro, lo que más me molestó de esta asignatura fue darme cuenta de que la equivalencia que hacen muchos de mis rancios (y buenos) profesores resultó ser, en el caso concreto de esta profesora, perfecta:

Teoría de la Literatura+ Literatura Comparada = Arte Contemporaneo

jueves, 11 de marzo de 2010

Desde la palabra de Dios hasta etimologías...

Hubo un tiempo en el que algún editor tuvo que haberse propuesto algo realmente importante: hacer una edición de la obra de Dios. Me refiero, claro, a lo que el mundo Occidental conoce como "la biblia latina". Pobre de aquel que se encontrara un error en los "manuscritos" y proclamase a los cuatro vientos: ¡La palabra de Dios está corrompida! Hubiera sido gracioso. A estas alturas no tenemos dudas de ningún tipo de que la moral influye en la obra y en las interpretaciones que realiza una persona. Y demos gracias a Dios por no olvidar esto y porque siga siendo así: un par de ejemplos:
  1. Masturbare: las mentes con más valores y fe, a lo largo de la historia, han interpretado esta palabra como mas-(macho, varón) y -turbare (agitar, perturbar) "aquello que ensucia al hombre". Sólo se acepta por razones ideológicas. En realidad incluso parece tener más sentido pensar en otra división: Mast- (mastil, palo) y Turbare (perturbar) que resultaría, para un romano, menos moral y más descriptiva. Y no nos olvidemos que si seguimos la etimología tradicional sólo se mas-turbarían los machos (y los antiguos no eran tan tontos)...
  2. Violare: se relacionaba, a simple vista, con vis, vi fuerza, violencia (recordemos el eufemismo "forzar"). Pero quedaba sin explicar una gran parte de la palabra (en especial, en el caso de encontrar sentido a lare, la vocal "o"). Pero un alemán llamado Merkelbach propuso que en realidad esta etimología sería una preciosa metáfora digna de un buen poema: Viola en latín es una flor, la violeta. Recordemos que esta es una de las flores más delicadas que se conocen.. . En el plano semántico encaja perfectamente ya que violare sería "recoger violetas", "recoger flores", "tomar flores". Bonito rodeo para tamaña atrocidad. Podemos recordar frases tan usuales como "le arrancó la flor de la virginidad" o simplemente pensar en aquella canción gallega que decía "tanta rapazada bonita e tanta flor por recoller"...

miércoles, 10 de marzo de 2010

Torino, madera del este....

En un lapso temporal no muy amplio, que rompe Million Dolar Baby (hace 4 o 5 años), he visto El intercambio, Invictus, y Gran Torino. Y todavía hay gente que afirma que tiene mucho que aprender como director. A Invictus, le daría otro final: ya he dicho que mataría a Mandela. Del intercambio ya he hablado.

De Gran Torino sólo un pequeño detalle: el doblaje de los macarrillas pandilleros es realmente deplorable. Y lo mejor, aunque toda la película es entrañable, lo encuentro en ringcomposition, en su inesperados momentos graciosos, y, por su puesto en su enternecedor final, en el que digamos que Clint Easwood monta un verdadero "cristo", que ha aprendido de su gran amigo Charlton Heston en The Omega Man, pero que sabe emplear sin rudeza, sin fuentes extrañas, y repleto de buena intención.


Y así están los premios Oscars, donde se entregan estatuillas a Wall-E (rozo la obsesión), y ni se nomina a la que crítica y público considera como una de las mejores películas de su año.

El buen cine no debería entender demasiado de orientaciones, ni este ni oeste, ni izquierda ni derecha. ¿Quién se lo recuerda a Hollywood?...

De la buena y la mala intención...

Hace tiempo ocurrió algo que me hizo reflexionar sobre algo que podría ser antropología. Dos personas hablaban de ir a hacer la compra y de recoger unas fotocopias. Todo normal. Más tarde, una de ellas se acomodó en el sofá mientras veía un rato la televisión. La otra se fue a hacer la compra y recogió sus fotocopias y las de su amiga sin que ella lo supiese. Una sorpresa, y un gesto altruista, aunque sólo sea porque pesaban más de un kilo y porque se tuvo que desplazar para ello. Cargada de bolsas, libros y copias, la sorprendente amiga llamó al timbre, con lo que la que estaba frente al televisor se tuvo que desplazar hasta la puerta, mientras maldecía, con encono, a la que había ido de compras, simplemente por el hecho de no haber llevado llaves o por no utilizarlas para entrar. Me gustaría haber visto la cara de ésta última cuando su amiga le mencionó con sencillez y sin darle mayor importancia que había pasado a recoger sus fotocopias y que, por cierto, se las había pagado bona fide y con muy buena intención...

martes, 9 de marzo de 2010

Alternativas...

Acabo de ver la entrevista de I.Gabilondo a Rosa Díez. Su apotegma sobre los gallegos ni me había rozado, de hecho quise, en mi interior, restarle importancia, y al ver escritas en la prensa sus palabras, pensar que ser refería a la gran capacidad de la mayoría de nosotros, los gallegos, de no decidirnos con, digámoslo así, demasiada celeridad. Por pura coincidencia ocurrió que acabo de ver la entrevista entera en el nuevo programa de Gabilondo en CNN+ y me doy cuenta de lo bruta (y no escribo "vasca") que es esa fashion-girl. Pero, sinceramente, sigue sin ofenderme lo de "gallego en el sentido peyorativo de la palabra". Y ni mucho menos que, justo a continuación de calificar de ese modo a Zapatero, llame "gallego" a Rajoy. Gracias a Dios, ese uso está en el diccionario y es muy lícito usarlo, ¿por qué no? Ahora bien, lo peor es que esta mujer es demasiado simple, y no sencilla (ni mucho menos), como para pensar que estaba siendo irónica, o que, aunque con simpleza, buscaba que el rosa resultase a nuestros oídos un poco menos políticamente correcto. Parece un poco limitada en cuanto a lo que a oratoria y a eulalia se refiere (no entremos en el terreno de las ideas, por dios...). No hace más que el ridículo. Estad atentos al momento en el que Gabilondo le pregunta por el Rey. Aunque lo mejor, sin duda, resulta la comparación con la entrevista que, ayer, Gabilondo hizo a Llamazares también en CNN+. Eso sí es una alternativa, con autocrítica y con ideas sorprendentes en el mejor sentido de la palabra...

lunes, 8 de marzo de 2010

Laura, (NYC) 1944...

De nuevo Otto Preminger; quien, esta vez, ejerce de productor y director. Su película se construye con los pilares de la novela Ring Twice For Laura (buen título) publicada por entregas en el semanario "Collier's", de Vera Caspary (buena escritora de la que en clases de Hªde la Música recuerdo haber leído un fragmento de su Music in the street). Laura se rueda en los Fox Studios con un presupuesto de serie B, y aun así acaba siendo nominada a cinco Oscars de los que ganará únicamente el de fotografía... Se centra en una muerte un tanto extraña de una preciosa joven que desencadenará en su propia casa una necrófila, surrealista y muy mal dibujada, todo hay que decirlo, historia de amor. Eso sí, para contrarrestar estos amoríos garabateados se hechiza todo con un dominio magistral del suspense que habría firmado el propio Hitchcock. Es una de esas películas de cine negro en la que los aspirantes a asesino acaban siendo reunidos en una sola habitación: aunque, esta vez, con trampa. Lo que sí cambiaría, para mí gusto, sería el final. de la película. Creo que necesita un desbarajuste, un desenfoque, un giro con un ángulo mayor. Los últimos compases de Laura me dejaron el mismo sabor de boca que Invictus, de Eastwood. Siguiendo el simil: yo mataría, en la película, claro, a Mandela, (y con ello, de paso, recordaría al espectador que está observando una obra de arte y en una sala de cine). En la película de Preminger hay una imagen/secuencia que me gusta especialmente: MacPherson interroga a Laura (Gene Tierney) bajo la, tan brillante como cegadora, luz de una lámpara que se proyecta sobre uno de los rostros más ingenuos y bellos de la historia de Hollywood.


Por otra parte, una escena que pretende ser cómica y consigue ser, al menos, extraña, es en la que el policía MacPherson acerca la bata a Waldo (Clifton Webb, el padre peligroso e incestuoso, el mejor de la película) mientras se ríe con burla de algo que el espectador despierto debe delimitar e intuir con facilidad. Pero hay a quien no le gustó la película: hay quienes no les gusta precisamente lo mejor del cine clásico: sus ácidos diálogos. Y cuando lo leo, y después de ver qué dos Oscars recibia Avatar (por lo menos no fueron demasiados), me invaden los insultos.
"(...) esos defectos (...) tendríamos que atribuirlos mayormente a ciertas características y hábitos a los cuales era proclive la industria de Hollywood en aquella época, más a la película en sí considerada como obra individual. Entre ellos podríamos hacer mención, quizá, a un cierto estatismo producido por el peso excesivo de los diálogos en detrimento de la parte visual y de la acción."
A quien ha escrito esto le recomiendo vivamente Wall-E. En fin, caso omiso: enamorémonos también nosotros con el cuadro de la pared.


viernes, 5 de marzo de 2010

Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo

El falso progreso. El rótulo de la nueva ley del aborto es tan bueno, que he decidido colocarlo, con el propósito de homenagearlo, en el título de la entrada. Una vez, por desgracia, conocí a una mujer de treinta y pocos años, rubia, de pelo, enlacada hasta las cejas, vestida de pies a cabeza de Agatha Ruiz de la Prada: para resumir su imagen me valgo de la frase nocturna de algún amigo: "he visto puertas con menos barniz". A pesar de todo, a decir verdad, en su caso su fachendosa apariencia no era lo peor de ella. Recuerdo con nitidez que le transmitía a una supuesta amiga con total naturalidad que había decidido abortar ya que si daba a luz a un hijo más, que sería el segundo, "su figura se iba a resentir demasiado" (sic). La amiga perpleja asentía sin mediar palabra. Desde aquel día no puedo evitar sentir un fuerte rechazo a toda persona, feminista o no, que me diga que el Aborto es un derecho. Creo que habría que estudiar cada caso, y si el Estado no lo hace está dando marco jurídico a personas, si se les puede llamar así, a madres como ésta.

"En el Informe se señala que todas las personas tienen derecho a la mejor salud posible, incluida la salud sexual y reproductiva, y todas las personas tienen derecho a tener hijos y a decidir cuando tenerlos".

También tienen deberes y se debería trabajar para que no los olvidase nadie.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Fiedrich Nietzsche

Y escribe Nietzsche en su Aurora:
"Hay que suprimir a los mendigos: nos enoja darles, y nos enoja no darles".

Y cada vez que lea, a lo largo de toda mi vida, algo sobre mendigos, siempre recordaré aquella vez que mi abuela le dijo al mendigo: "Eu douche un bocadillo, diñeiro non". Y él la insultó, se dio media vuelta, y rechazándo la comida, huyó. Desgraciadamente no todos son como éste.


lunes, 1 de marzo de 2010

Pulp Fiction y el señor lobo.

Creo que mi personaje favorito de Pulp Fiction es el señor lobo. En especial su carta de presentación: "Hola, soy el señor lobo: arreglo problemas".

La noche deseada

Hurry Sundown de Otto Preminger. Digamos que no es una mala película: dura mucho y te mantiene atento hasta el final. Como en todos sus films Preminger no iba a dejar de ser polémico esta vez. Se ataca en la película al racismo para con los negros y a la intolerancia caciquil de las ciudades sureñas de EEUU. Michael Caine, a quien recordaba haber visto en "Alfie" sólo un año antes, es el malo de la película y resulta muy creible. Por cierto, me gustaría saber si es él quien toca el saxofon realmente. En frentados a este están un granjero negro, y otro blanco, que acaba de llegar del ejercito, por la venta de unas tierras. La pareja J.Fonda - M.Caine sobrevive únicamente por sexo; y Otto Preminger nos revelará aquellos momentos más íntimos en los que Cine se apoya en el deseo y amor que siente su mujer por él, simplemente con la intención de conseguir sus metas financieras. No deja de ser, desde esta perspectiva una crítica al Capitalismo más salvaje.


"Preminger consigue realizar un drama cargado de personajes complejos, interpretados por actores que se mueven a sus anchas gracias al uso de largos planos; y al dominio del scope. Pocos directores han sacado tanto provecho al formato panorámico como Preminger. Así en el arranque, el enorme coche de Warren circula por las calles de la ciudad sureña, llenando la pantalla a su paso, símbolo del dominio que ostenta. Una escena quizás influenciada por el cine de Jacques Demy, concretamente por el comienzo de Lola (1961)".