sábado, 16 de febrero de 2008

Bertrand Russel

"Por qué no soy cristiano" Este libro del FILÓSOFO (con mayúsculas) , Russel, es una colección de ensayos escritos entre el 1899 y el 1954. Dicen, en la contraportada, que es la más conmovedora defensa del no creyente que se ha escrito desde los días de Hume y Voltaire. Yo tenía una Historia de la Filosofía de este autor que me habían regalado; me gustó y pregunté por el a un ex profesor (debería quitar el ex). Me dijo que era uno de sus favoritos que escribía con la sencillez del que sabe. Lo empecé. Escribe claro, simple; lo razona todo. ¿Alguien da más? Voy por la mitad. Estoy enganchado. Un profesor de la universidad (de este año) que intuyo que es bastante religioso me había influído un poco (poco ¿eh?) y a través de comentarios suyos me había convencido de que ciertas cosas de la religión eran realmente novedosas e incluso buenas. Russel me devolvió a mi lugar. Se lo agradezco. Y todavía no he acabado el libro:

La mayoría de las personas cree en Dios porque se les ha enseñado desde la más temprana infancia a hacerlo, y ésta es la razón principal. Luego creo que la siguiente razón más poderosa es el deseo de seguridad, una especie de sentimiento de que hay un gran hermano que cuidará de uno. Esto juega un muy profundo papel en influir en los deseos de las personas de creer en Dios.»

A mi modo de pensar hay un muy grave defecto en el carácter moral de Cristo, y es que creía en el infierno. Yo no siento que ninguna persona que realmente sea profundamente humana pueda creer en un castigo eterno. Ciertamente Cristo, tal como lo retratan los Evangelios, creía en el castigo eterno, y uno encuentra repetidamente una furia vengativa hacia aquellos que no escuchaban sus prédicas: una actitud que no es rara en los predicadores, pero que desdice algo de la excelencia superlativa.»

La religión se basa, pienso, principal y primariamente en el miedo. El miedo es el padre de la crueldad, y por tanto no es sorprendente que crueldad y religión han ido tomadas de la mano. La ciencia puede ayudarnos a superar este cobarde temor en que ha vivido la humanidad por tantas generaciones. La ciencia puede enseñarnos, y yo pienso que nuestros propios corazones pueden enseñarnos, a dejar de buscar apoyos imaginarios, a dejar de inventarnos aliados en el cielo, sino mejor a mirar a nuestros propios esfuerzos aquí en la tierra para hacer de este mundo un lugar más adecuado para vivir, en vez de la clase de lugar que las Iglesias han hecho de él durante todos estos siglos.»

El libro es apto para discutir y refutar a padres y abuelos que atacan a mis/vuestras no creencias.


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