martes, 26 de agosto de 2008

Billy Wilder y la censura

Así es como burlaba la censura un genio del cine: tenía su gracia la censura. Muy muy en el fondo la añoro un poco. Aunque de ésto ya dije algo hace tiempo...http://opinionesenpotencia.blogspot.com/2008/01/bacall-censura-imaginacin.html
"Teníamos que ser muy ingeniosos para burlar a la censura y esto nos obligaba a escribir con más sutileza. No estaba permitido que un personaje dijera ni siquiera una insignificante palabrota como cabrón o hijo de perra. Una vez, a Charlie Brackett y a mí se nos ocurrió este sustitutivo: "Si tuvieras madre, ella ladraría". No se podía ver en una película a un hombre follando con una mujer con la que no estaba casado. Ni siquiera se podía ver a una pareja en una cama al mismo tiempo. Por lo que se refería a la oficina Hays (la que se encargaba de aplicar el Código de Censura sobre las películas) todos los dormitorios del mundo tenían camas separadas. Así que el problema era cómo mostrar a ese hombre y a esa mujer haciendo el amor. Alguien lo resolvió con una parte en la que la criada hace la cama del hombre a la mañana siguiente y sobre la almohada encuentra una horquilla. Lubitsch era el genio de lo que yo llamo el truco de la horquilla en la almohada. Quiere mostrarte, digamos, a un hombre y una mujer que tienen una relación apasionada. Primero, una escena en la que se besan ardientemente la noche anterior. Después... fundido en negro, y a la mañana siguiente... los vemos desayunando. Ah, pero cómo sorben el café y cómo devoran las tostadas. No cabe duda de que han satisfecho otros apetitos. En aquel tiempo, la mantequilla se untaba en la tostada y no en el culo; pero había más erotismo en esa escena del desayuno que en todo El último tango en París (1.972). Lubitsch hacía caso omiso de si la censura era estricta o flexible. No recuerdo haber visto nunca un desnudo en una película suya, ni gente echando un polvo. Hoy en día vas a ver una película y ya hay un coito mientras aparece el título... ¡en el título de la película!. A Lubitsch nunca se le hubiera ocurrido hacer algo así. Su mente no funcionaba de esa manera. Te enseñaba lo justo para excitarte... Las películas de Lubitsch no eran censurables y, sin embargo, eran mucho más eróticas que las que se hacen ahora. A veces desearía que existiera la censura, porque se nos ha esfumado la diversión, el juego sagaz que manteníamos con ella".

6 comentarios:

Ordás dijo...

Supongo que los genios son de las pocas personas capaz de hacer de la necesidad virtud...
¡Qué grande Wilder! ¿Y Luibitsch? Ya no quedan directores como esos.

Osore dijo...

Pues tiene razón, pero ésto es sólo un ejemplo del prototipo en el que nos hemos convertido. No olvidemos que somos la generación de la comodidad. La necesidad agudiza el ingenio, está claro.

Ó dijo...

Los siglos de oro españoles son un gran ejemplo. Tambien el siglo IV griego con la paulatinísima degeneración de la polis.Hay quienes dicen que en tiempos de escasez el arte es mejor. Yo creo que un poco tb es así, aunque no tendría por qué. No me lo explico...

Ordás dijo...

Desde el punto de vista estético, en el sentido Nietzscheano (Dios, qué difícil de escribir es eso) el arte juega un papel de evasión del yo que supongo al amigo Wagner le gustó mucho al principio pero maldita la gracia que le hizo luego.
Supongo que la función del arte, aparte de sublimaciones freudianas, es procurar un placer que cuando se puede consgeuir por otros medios resulta superfluo dentro del fenómeno artístico: es como un cuadro rococó de Fragonard, por ejemplo.
Ayer vi El Desencanto (J. Chávarri, 1975) y la familia Panero refleja de forma exquisita la misma degeneración de la polis de la que hablas. La Historia nos enseña que llegados a ciertas cimas, inevilablemente tiene que sucederse un declive.
Pero no me hagas mucho caso, que esto son asuntos sobre los que los de Historia del Arte divagamos mucho. Tenemos que buscarle un sentido a todo, y algo que justifique 5 años de carrera viendo diapositivas...

Ó dijo...

Asi que un historiador del arte visitando mi humilde blog. Todo un placer. Ya que mencionas la historia de Nietzsche (si que es dificil..) y de Wagner hay que decir que es abismalmente preciosa. Una eterna riña. Leí hace tiempo en una biografía (muy aburrida) de Nietzsche algo que decía así: El filósofo admiraba la audacia con la que Wagner puso el arte en la cúspide de todas las posibles series de la vida burguesa; la arrogancia con la que se negaba a ver en el arte solamente una bella cosa secundaria, admiraba este napoleonismo..." Me encantó cuando lo leí. Yo tengo una pizca de ambos, soy medio músico como Wagner (toco el piano) y como Nietzsche estudio filología clásica.

Después lo de las funciónes del arte me pareció un tema muy interesante que nos enseño en filología un profesor bastante peculiar de la facultad de arte. Federico se llamaba. Creo que dijo que el arte tenía 7 funciones. Me convenció mucho cómo y qué nos explicó... ya me explicaré mejor...

¿Eres seguidor de la Historia Cíclica? Lo digo por tu frase: "La Historia nos enseña que llegados a ciertas cimas, inevilablemente tiene que sucederse un declive".

En fin, arte, esa palabra...
Saludos.

Ordás dijo...

El placer es mío, por conocer a un colega pianista -hay qué ver qué casualidades de la vida- preocupado por todas estas cuestiones.
Sí, Federico es un profesor interesante. De hecho es el encargado de impartir Estéticas II, pero es curioso que en todas las facultades de Arte esas asignaturas las dan profesores de Fiolosofía menos en la nuestra, que está al lado. Qué te voy a contar de la maravillosa USC...
Respecto a la Historia Cíclica, cada vez estoy más convencido con sólo mirar la evolución e involución de los movimientos artísticos. Siempre hay que buscar algo que vaya más allá del simple juicio estético, que no deja de ser subjetivo, para buscar razones y objetivos del artista, y tienen mucho en común un escultor griego del siglo IV con uno del Renacimiento, como uno del Helenismo con otro barroco.
Estas diatribas y otras más complejas (¿existe el arte universal?, ¿hay un gusto objetivo?, y sobre todo, ¿es arte el "arte contemporáneo"?) solemos discutirlas hasta altas horas de la noche. Si hay un gintonic, mejor que mejor.
Un saludo.