viernes, 8 de agosto de 2008

La ética platónica

En la visión dualista del hombre que tiene el gran escritor Platón, me refiero a que diferencia entre alma y cuerpo, también el alma, a su vez, se encuentra escincida. Este hecho lo vemos en el mito del Carro Alado: es el auriga, es decir, lo más perfecto del alma y lo inmaterial, que modera a dos caballos. Uno blanco, para las tendencias más irascibles, y uno negro, para las más bajas pasiones, así como para otros fenómenos como el apetito. ¿Podríamos relacionar esto con lo que en otros pasajes identifica Platón como las tres partes del alma? Segun la terminología de Tomás de Aquino o Santo Tomás la intelectual (λογιστικον), la irascible, (θυμοειδεσ), y la concupiscible (επιθυμητικον). Para el gran Platón el alma vivía en un sitio celeste donde observaba, o quizás debería decir, "contemplaba" (no tengo muy claro el matiz) las ideas antes de bajar a este nuestro mundo mediante un cuerpo concreto. Unida a éste sigue siendo una esencia invisible e inmaterial, asi como espiritual y supraterena. ¿Es el hombre, para Platón, un alma que se ve obligada, por su falta, a habitar en un cuerpo. El ideal será la vuelta al mundo anteriror, pero sin el lastre del cuerpo. (sólo lo consiguen los filósofos, creo). Por este motivo, tras la muerte algunos que no se han desprendido del apego a lo terreno tendrán qu ecaer en la rueda eterna (o no?) de la metempsicosis, previa al mundo feliz en el más allá que corresponderá sólo a los que por medio de la filosofía han conseguido superar ese estado de sometimiento al cuerpo. Qué bonito es Platón. Y sobre todo, ¡cómo se explica! Platón, por su puesto, demuestra y prueba la inmortalidad del alma (dentro de su teoría): En primer lugar dice que tiene conocimientos no adquiridos, que obtuvo antes de esta vida ( pero ¿vida antes de esta vida significa inmortalidad o simplemente preexistencia? me pregunto yo). Después dice que el alma es cual las ideas. Pero las ideas son simples: lo simple no puede corromperse ya que la corrupción implica partes, entonces el alma no se corrompe y es por tanto inmortal. Finalmente para Platón el alma se mueve por sí misma. Y algo que se mueve por sí mismo es eterno, inmortal. Si quereis el Fedón o el Fedró (donde trata estos temas el discipulo de Sócrates) acudiz a alianza, a un tal Luis Gil.

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