Dos partes
Tú me enseñaste que la estrella polar indica el norte.
Pero ya no lo hace.
Nos miramos despacio, nos dedicamos al amor.
Pero topicas: nada es como antes.
El amor, sin tregua, ha huido a otra parte.
Nunca volveremos inaugurar nada.
Mis brazos que te abrazaban, hacen nudos.
Y a pesar de todo tengo tanto miedo
que no quiero olvidar el surco del retorno.
¿Qué será de nosotros? ¿Te conoceré mañana?
Te veo y me declaro culpable.
Si yo fuera el juez de nuestro idilio,
créeme, no tendría clemencia;
nos sentenciaría a muerte,
Tú me enseñaste que la estrella polar indica el norte.
Pero ya no lo hace.
Nos miramos despacio, nos dedicamos al amor.
Pero topicas: nada es como antes.
El amor, sin tregua, ha huido a otra parte.
Nunca volveremos inaugurar nada.
Mis brazos que te abrazaban, hacen nudos.
Y a pesar de todo tengo tanto miedo
que no quiero olvidar el surco del retorno.
¿Qué será de nosotros? ¿Te conoceré mañana?
Te veo y me declaro culpable.
Si yo fuera el juez de nuestro idilio,
créeme, no tendría clemencia;
nos sentenciaría a muerte,
nos condenaría a la,
no sé,
¿ausencia o presencia?.
no sé,
¿ausencia o presencia?.
4 comentarios:
Es bonito hasta para mí
No me canso de leerlo! Es precioso, de verdad.
Me alegro.jeje.
Nunca nada es como antes pero no por ello es peor.
Simplemente me encanta. Me sorprendes jejje ;)
Publicar un comentario