martes, 28 de abril de 2009

La perfectividad

Una yema esbozaba un ayer

con tanta delicadeza

que creí volverme a romper.

Me indicas algún rincón oscuro,

alguna de tus calles epidérmicas.

Trazas armoniosas esquinas,

sin esquivar esa sensación

que hace que ya no me escribas

y que sólo a duras penas

te deja mantener

mis manos

alejadas

de ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

fue un ayer tan presente que dolía

Ó dijo...

... ¿es una sugerencia?

podría incluirlo perfectamente en el poema...

Una yema esbozaba un ayer,
tan presente que dolía,
con tanta melancolía
que creí que me iba a romper ...

Improvisación.