jueves, 17 de julio de 2008

Arte contemporáreo II

Sigo con Andrés Trapiello:
"Esta mañana he leído en le periodico: El arte moderno ha traído consigo la libertad. Hasta el siglo XX los artistas tenían que partir de la tradición. Desde el cubismo los pintores pueden partir de ellos mismos. Son palabras de un guardaovejas al que adulan dos días a la semana en todos los periódicos y revistas comparándolo con Velázquez. Cada siglo tiene un pintor al que comparan con Velázquez, no tanto por que estén convencidos de que ese pintor sea Velázquez, como por la satisfacción que encuentran todos en creer que han compartido el tiempo de un genio. Primero fue Manet, luego fue Zuloaga. Luego pasan los años y la gente se pregunta: ¿Cómo pudieron engañarse de esa manera? Ahora le ha tocado el turno a este pintor manchego, que se deja querer, y dice frases como ésa, a pesar de ser mucho peor pintor que Zuloaga. Miguel Angel o Rembrandt o Murillo han pintado y esculpido sin libertad cosas más hermosas que todo lo que ha dado este siglo con ella. A nadie se le ocurre reflexionar sobre algo tan elemental. Va a resultar gracioso ver todo lo que ha dado la modernidad. Salas y salas en los museos como esas galerías del Louvre con Luises empolvados y empelucados que recorremos a la carrera todos, despavoridos. Los defensores más furiosos del vanguardismo que yo conozco son gente con muy malas pulgas, serios como burros, atravesados, gastándole millones de pesetas a la administración pública, que todavía es lo bastante molieresca como para creerse esas cosas. Supongo que muchos son gente con problemas. Seguramente no son felices en sus matrimonios o en sus trabajos, porque si no, no se puede explicar esa militancia tan constante que tienen, esa saña contra todo lo que les lleva la contraria. Es como si defendieran su colocación, puesta en peligro por el sentido común. Que Duchamp le pintara unos bigotes a la Monalisa lo encuentran ellos genial. Dicen: revolucionario, cáustico, lúdico. Ahora, que tú quieras pintarle unos bigotes a Duchamp lo reputan un acto de soberbia ridículo y fuera de lugar. Una majadería. Que Apollinaire tuviera sentido del humor les arranca unas tristes cabezadas de admiración. Te dicen con mucha solemnidad: qué gran vanguardista. Como ni quieras reírte un poco de todo eso, vas aviado, porque le dirán a todo el mundo que hay que estar prevenido contra las formas más sutiles del espíritu reaccionario y de la quinta columna. Los solitarios de 1920 les parecen bien. Los de 1988 los encuentran a todos idiotas, porque pudiendo vivir a cosata de los de 1920 como viven ellos, pierden el tiempo dándoles lanzadas a molinos de viento".
Ovidio; al leer este texto me acordé que mencionabas nuestro anacronismo. Vale que no exista lo Bueno y lo Verdadero ¡¿bye bye canones!? pero otra cosa es hacer un "arte" que o te lo explican al detalle o no lo entiende nadie. Otra cosa es repetir mil veces las vanguardias. Otra es elaborar un arte elitista. Para mí no tiene sentido en nuestros tiempos.

6 comentarios:

Transeúnte dijo...

Vuelvo a saludarte óvp. Besines.

Ovidio redivivo dijo...

Qué envidiable productividad, señor óvp. Yo, como mucho, empollo uno o dos huevos por mes. Cuesta seguirle el paso, mas el esfuerzo compensa.
Si el arte contemporáneo no se puede ya valorar desde las categorías opuestas bello-feo, presuponiendo que de todos modos queramos juzgarlo (porque otra opción sería enmudecer a lo Pirrón) no nos queda más valorarlo que desde el plano de nuestra subjetiva emotividad o, un poco más objetivamente, desde la riqueza o probreza de ideas que la obra es capaz de transmitir. Los cuadros de Bacon pueden provocar algún grado de repulsión pero, en lo personal, no me cabe duda que ofrecen un mensaje poderoso e inquietante sobre la condición humana en la segunda mitad del siglo XX.
De otra parte convine recordar desde dónde han provenido en el siglo XX los intentos de un arte "para el pueblo" "inmeditamente inteligible". Hitler y Stalin impusieron ese tipo "reglas" a los artistas de sus países. Nada "bueno" salió de eso.
Saludos.

Ó dijo...

Hitler o Stalin. Ni mucho menos pretendo eso. Ni lo de Pirrón tampoco. Pero yo creo que seguir haciendo "arte vanguardista" a la manera que los primeros del pasado siglo es no darse cuenta de que estamos en otro tiempo. Creo que entiendo lo que quieres decirme cuando dices "para el pueblo" e "inmediatamente inteligible" pero yo no pretendo tampoco exactamente eso, sino democratizar por lo menos un poco esa
"transmisión de ideas", para mí las más de las veces repetitiva por pretender ser tan originales, que mencionas.
Veo anacronismo al menos en las galerías de arte que me rodean!

Raquel dijo...

Lo primero, inconscientemente y por tu influencia (ya que no conozco nada de él personalemnte)le había cogido hasta cariño a Trapiello pero tras leer su artículo no puedo dejar de imaginármelo como todo un pedante falto de la más mínima tolerancia y con ganas de claentar al personal. Porque que no estés de acuerdo con los comentarios de ciertos críticos no es de recibo llamarles "gente con problemas". Para mí denota que aquí quien tiene problemas es otro pero bueno...

Y respecto a tu definición del arte contemporáneo: "arte que o te lo explican al detalle o no lo entiende nadie". Tampoco hay que generalizar. ¿Qué hay que explicar en "El grito" o en "El Guernica"? ¿Y una escultura "amorfa" no puede gustar, no te puede transmitir serenidad, dinamismo o fluir?

Anónimo dijo...

Si transmitir te puede transmitir mucho. El grito de Munch es expresionismo no? Me gusta mucho... tu ves un loco y señalas: un loco. El guernica ya es otra cosa... pero evidentemente tiene una emotividad que no te deja ser parcial. Es una patochada. Tratan de romper, hoy en día, siguiendo ¿lo harán eternamente? a las vanguardias de 1915. A mi me cansa que se forren a cuenta de todos. ¿Supongo que tu si has ido a alguna galería de arte moderno lo sabras? no? Tienes que ver una película para entenderme un poco mas. "CONVERSACIONES CON MI JARDINERO"

Anónimo dijo...

Que Duchamp le pintara unos bigotes a la Monalisa lo encuentran ellos genial. Dicen: revolucionario, cáustico, lúdico. Ahora, que tú quieras pintarle unos bigotes a Duchamp lo reputan un acto de soberbia ridículo y fuera de lugar. ¿La literatura tb es arte por qué no lo aceptan también? Lo de gente con problemas podría ser arte contemporáneo. Es como el Ulises de Joyce. qué cuatro personajes digan que es bueno no significa que lo sea (ni que no lo sea). Yo, jocosamente, pongo en duda, aquí y ahora, a todo aquel que diga que se ha leido el Ulises entendió algo. Venga ya...