lunes, 26 de enero de 2009

Los armenios y Stalin

Justo cuando empezaba a cogerle un poco de cariño a los turcos, (Gracias a Heródoto), ahora que me di cuenta de que tampoco son tan, tan horribles como nuestros queridos griegos los pintan, me entero del genocidio que llevaron a cabo los turcos con los armenios entre el 1915 y el 1923, pretextando simplemente que una legión Armenia luchaba junto a los rusos. Durante este período, de los dos millones de armenios existentes, un tercio fue asesinado y otro deportado (lo que significaría para la mayoría, asimismo, la muerte). Mucha gente de Armenia se tuvo que ir, en diáspora a los Estados Unidos en esa época. También llegó a mis oídos lo ocurrido con el monte Ararat (donde posó Noé su Arca), que ahora pertenece a Turquía y que los armenios añoran y llamando Ararat a la región de su país más cercana al monte. Muchos armenios también huyeron de los turcos hacia lo que ahora es Azerbaiján. Me compadezco del pueblo armenio por su enemistad con Georgia y con el georgiano más célebre (vaya adjetivo he escogido para Joseph Stalin). Stalin, debido a la histórica y comprensible enemistad de georgianos y armenios, le regaló un pedazo de ésta a Azerbaiján en 1923: en concreto una región llamada Nagorno-Karabah. Me intereso por los armenios y sigo compadeciéndome; su historia se estudia con los siguientes títulos: Armenia antes del Islam, Armenia bajo la dominación árabe. Armenia bajo la dominación selyuquí y mongola… Lo que quizás me sorprenda más de este país es que ellos, que han sufrido durante toda la historia, lo único que han hecho (al margen de un puñado de fundamentalistas que se dedicaron a asesinar a altos cargos turcos) es tratar de vivir en su tierra (me estoy ayudando del nacionalismo-sentimentalismo para argumentar): no han tenido necesidad de venganza, de llevar a cabo, ellos, como verdugos, un genocidio, como sí hacen y han hecho “otros pueblos” que también históricamente han sufrido mucho.

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