lunes, 19 de enero de 2009

Sed de Mal

Había visto antes del día de reyes esta película de Orson Welles que él mismo protagoniza junto a Charlton Heston. Touch of evil. Me gusta ver las películas a solas, o acompañado de alguien “bastante tácito”. Mis padres no son de ese tipo de personas que te permiten enterarte bien de argumento y detalles. Llegaron a casa, se habían ido de pinchos en un arrebato alimenticio, á minuit. Mi padre vio un policía en la pantalla y a pesar de ser en blanco y negro se quedó en el salón conmigo. Mi madre, por presión social, se unió: cogió la calceta y… calcetó. Me entristecí, sabía que iba a perderme detalles. Pero al final me gustó. Se comportaron, sobre todo mi madre, porque papaíto se durmió. La película de Welles era integra, sin cortes, con metraje adicional recuperado. Es un retrato de la corrupción y de las obsesiones de Hank Quinlan (un jefe de policía que acusa a sus cabezas de turco en falso). Chartlon Heston es, en cambio, un recto detective mejicano de narcóticos que le planta cara a Welles. Janet Leig es la inquisitiva y frágil esposa de Chartlon. Marlene Dietrich completa el reparto femenino encarnando a una enigmática gitana, enamorada, incomprensiblemente del soberbio, pero requetequeobeso, Welles. La película en general me gustó aunque supongo que le sobra metraje: se hace un poco pesada. O eso opina mi padre. A pesar de esto me llamó mucho la atención la música, de Mancini: ya veis, todo perfecto mis padres no me molestaron y mi madre acabó esa noche, de una vez por todas, la manta que estaba haciendo.

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