Os propongo un par de poemas suyos:
Entre los cerros de peña
las torres de Trujillo
muertas se alzan.
¡Tierra, más hermosade ver, más dura
para trabajarla!
Un mismo musgo iguala
la piedra labrada por los dioses
de los ríos, la piedra
por los hombres labrada.
Otro:
Blancas son las avenas locas,
blanca la luna de la tarde.
Pero ¿son blancos? Pero no,
puesto que otros son negros,
los chamuscados cardizales,
por ejemplo, y esos grajos
o aquel sol que se anega
en lagunas de negra sangre.
Pero no, no que todos son blancos,
porque todos se dejan ver de balde,
¡río quieto, callados cerros,
sol caído y luna menguante,
locas avenas, quemas de rastrojo,
ovejas blancas, cabras de azabache!
Sólo los ojos que os ven son negros,
y eso nadie lo sabe.
Zamora- Salamanca, viaje que por cierto, contemplaré dentro de unas semanas.
A Trujillo fui el año pasado en Semana Santa.
las torres de Trujillo
muertas se alzan.
¡Tierra, más hermosade ver, más dura
para trabajarla!
Un mismo musgo iguala
la piedra labrada por los dioses
de los ríos, la piedra
por los hombres labrada.
Otro:
Blancas son las avenas locas,
blanca la luna de la tarde.
Pero ¿son blancos? Pero no,
puesto que otros son negros,
los chamuscados cardizales,
por ejemplo, y esos grajos
o aquel sol que se anega
en lagunas de negra sangre.
Pero no, no que todos son blancos,
porque todos se dejan ver de balde,
¡río quieto, callados cerros,
sol caído y luna menguante,
locas avenas, quemas de rastrojo,
ovejas blancas, cabras de azabache!
Sólo los ojos que os ven son negros,
y eso nadie lo sabe.
Zamora- Salamanca, viaje que por cierto, contemplaré dentro de unas semanas.
A Trujillo fui el año pasado en Semana Santa.
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