lunes, 5 de octubre de 2009

La balanza

Había estado en Londres sólo de paso una vez: haciendo un trasbordo para Dublín. Me apetecía ir, pero solo un poco. Surgió la oportunidad de realizar un curso en lengua inglesa y sería un absurdo el no aprovecharlo. Sólo me hicieron falta un par de días para darme cuenta de que el ambiente londinense no se adecuaba tanto a mí como el de París. Son ciudades grandes muy diferentes. Sólo hicieron falta un par de horas para alabar el buen gusto de los franceses. Lo mal iluminada que esta Londres, y eso que buscan la luz tenue, contrasta con lo perfecto de la ciudad de la luz, París. Lo que no podría comparar es el tono del Sena con el del Támesis.

1 comentario:

Eos dijo...

Paris sera toujours Paris, que decía la canción...